Este tipo de intimidación es casi siempre silenciosa, pero puede destruir aspectos personales de los niños y adultos.
Cada minuto en Facebook se publican 510.000 comentarios, se comparten 136.000 fotos y se dan 4.000 millones de “me gusta”, según datos de la red social. Una dinámica que puede presentarse para debatir, compartir conocimientos, conocer personas o para difundir mensajes de odio.
Esta última tendencia es cada vez más común en la web, en especial entre los jóvenes. De acuerdo con la Unicef, uno de cada tres adolescentes ha sufrido ciberacoso, un tipo de intimidación que se da en tecnologías digitales de manera repetitiva y genera temor, enfado o humillación en las personas.
Los límites son delgados entre una broma y el ciberacoso, por lo que solo basta un sentimiento de incomodidad para considerarlo como tal. Además, este tipo de situaciones deterioran la salud mental, por lo que pueden inhibir la razón y llevar a las personas a tomar decisiones erróneas como no contar lo que está sucediendo e intentar manejarlo sin ayuda.
“Y aunque no lo compartan, las víctimas de ciberacoso se muestran nerviosas, desmotivadas, o repentinamente se aíslan de su círculo social más cercano. Se ven ansiosas por usar sus computadoras y se perciben irritables mientras las utilizan y podemos ver como lloran o se enfadan al leer o escribir en redes sociales”, dice Maria Victoria Orrego Arango, psicóloga.
El sentimiento de minusvalía, la baja autoestima y los cambios en la personalidad son tres de los daños que se pueden presentar. Por ello es necesario que los padres tengan algún grado de control sobre la interacción en internet de sus hijos sin que esto implique invadir la privacidad. Además, inculcar siempre la necesidad de comunicar si se da una situación anormal en redes sociales y hacerles entender la gravedad y el alcance de las malas prácticas en internet.
¿Cómo debes abordarlo?
Desde el punto de vista emocional es muy importante entender que el mayor impacto de estas situaciones está en el autoconcepto. Por lo que es fundamental brindar apoyo sin culpabilizar a la víctima, dar consuelo y animarla a buscar acompañamiento de un profesional para superarlo.
También es valioso hacer una denuncia formal, puede ser por los canales dispuestos en las redes sociales, con las directivas del colegio si están involucradas personas de la institución, e incluso con la policía si la situación lo amerita. Además, agencias como la Unicef cuentan con equipos para combatir el ciberacoso.
“En estos casos hay que tener una red de apoyo sólida y entender que no puede haber una inmersión completa en el mundo digital. Debemos poner límites espaciales y temporales para el uso de las tecnologías de información y comunicación, fomentar la confianza con nuestra familia y amigos y cuidar la privacidad en las distintas plataformas”, afirma Orrego Arango.
La educación desde el hogar es una de las mejores formas de disminuir su impacto. Se debe explicar en casa qué es el ciberacoso, cómo se gesta y las dimensiones de esta situación. En especial inculcar la importancia de mantener la privacidad en redes y tener control sobre sus interacciones.
Por otro lado, la motivación por el deporte o las artes evitan que los más pequeños se sumerjan en el mundo virtual en su totalidad y se crean espacios diferentes para la interacción presencial.
Para la psicóloga, la comunicación constante y el ejemplo son otras formas de mostrar la virtualidad como una herramienta y no como un mundo en el que nos debemos sumergir. “Está bien tener interacciones por redes sociales, pero debemos enseñarles que hay un mundo con muchas posibilidades y actividades presenciales. Se debe entender que en la web, el otro solo exhibe lo que quiere mostrarnos, y no siempre corresponde con la realidad”, declara.
¿Y los adultos?
El ciberacoso no solo le sucede a los niños, también es una realidad para los adultos. En promedio una persona pasa seis horas y 54 minutos navegando en internet, según Data Reportal. Situación que da una falsa sensación de cercanía y lleva a que se compartan emociones o sensaciones de la esfera privada.
Otro de los inconvenientes es darle más importancia a este tipo de comunicación que a las relaciones presenciales. Los límites, conservar la privacidad y generar interacciones en la medida de lo posible con personas que conozcamos en la presencialidad son las recomendaciones para no ser ciberacosado.
El bullying no existe, si tú no lo permites
- Esta canción de la artista de 12 años Bella es un homenaje a Mariem Milagro López Salazar, una defensora de los niños y quien siempre sensibilizó sobre el bullying. El título está inspirado en una frase que ella le decía a sus padres cuando sufrió de acoso escolar.
- En el video participan otros niños que quieren transmitir un mensaje de tranquilidad a quienes viven esta situación. “Los buenos somos más y no debemos prestar atención a los malos, no los podemos fortalecer”, decía López Salazar.
- La idea es poder llegar con esta obra a colegios, fundaciones y organizaciones para que los menores que se puedan sentir solos, sepan que están acompañados. “Es un granito de arena que nosotros queremos dar a la sociedad en este momento. Y ha surtido efecto porque hoy los niños nos escriben para contarnos que la canción les ayudó. También es una herramienta para que los padres fortalezcan la educación de sus hijos”, afirma William Barragán, director del video.
Teprotejocolombia.org es un sitio web para reportar de manera confidencial situaciones que se presentan con menores en la web. También te puedes comunicar con la línea 141 del ICBF.