Esto pasa en tu cuerpo cuando haces ejercicio

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Adoptar una rutina diaria de ejercicios o aeróbicos puede parecer una tarea difícil. Si no existe el hábito, crearlo implicará reorganizar la cotidianidad para abrir espacio a una nueva

actividad con resultados que solemos esperar a largo plazo. Pero, ¿sabías que el ejercicio tiene efectos inmediatos? ¿Cómo responde el cuerpo al movimiento?

Pues bien, no es necesario correr una maratón para que la actividad física tenga efectos positivos en tu día a día. Caminar a buen ritmo para pasear a tu perro o dar un recorrido nocturno en bicicleta son esfuerzos suficientes para desencadenar una serie de beneficios para tu cuerpo, tanto a corto como a largo plazo.

Para empezar, al romper el estado de sedentarismo, el sistema vascular responde con una mayor irrigación sanguínea. El corazón late con mayor rapidez y se produce una vasodilatación de los capilares al incrementarse la cantidad de sangre en movimiento, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y tensión arterial alta.

Los músculos queman una mayor cantidad de azúcar, por lo que el páncreas responde con una menor producción de insulina para conservar el nivel glucémico. Esto reduce el riesgo de enfermar de diabetes y mejora la sensibilidad a la insulina.

Estos procesos están acompañados por la liberación de hormonas como la testosterona, la adrenalina, el cortisol o las endorfinas, que generan un efecto de relajación inmediato que, incluso, puede durar algunas horas, y pueden incrementarse según la intensidad del entrenamiento.

Se trata de un estado ideal para tomar decisiones con la mente despejada. El cortisol actúa como un equilibrante del estrés: es la hormona que el cuerpo libera ante situaciones de miedo o angustia. Así, si durante el día experimentamos momentos de este tipo, el ejercicio ha actuado como una preparación previa que atenúa la respuesta negativa en el cuerpo.

Además de los beneficios fisiológicos, el ejercicio desencadena procesos cerebrales perfectos para una jornada de aprendizaje o trabajo. Una investigación de la revista Brain and Cognition concluyó que el ejercicio aeróbico genera un mejor procesamiento del lenguaje en niños.

Por su parte, la Physical Activity Guidelines for Americans explica que, justo después de una sesión moderada o fuerte, se presenta una reducción significativa de sentimientos de ansiedad acompañada por una mejoría en los procesos cognitivos: se incrementa la velocidad de procesamiento y memoria y mejoran las funciones ejecutivas, relacionadas con el logro de metas y la orientación hacia el futuro.

¿Te animas a empezar hoy? Puedes iniciar con una caminata suave, e ir incrementando el ritmo con precaución. Para probar nuevas rutinas, ensaya implementos alternativos y recuerda cuidar especialmente tu alimentación.

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