El 80% de los adolescentes lo padece. En el nivel severo es necesario visitar a un dermatólogo.
Donaldo ortiz latorre. Dermatólogo, adscrito a Coomeva Medicina Prepagada.
“Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!”, dice el poema de Rubén Darío. Todos anhelan esa época en la que se es libre e indocumentado —como dijo alguna vez Gabriel García Márquez—. Siempre está presente en el imaginario de la gente que la juventud es una época idílica en la que todo es posible, y parece que se nos olvidara que, sobre todo, es una etapa en la que hay una ebullición de hormonas y, además, de granos, de acné.
Quizá sea una de las imágenes más repetidas en las casas donde viven adolescentes: el muchacho —o la muchacha— sembrado ante el espejo reparando donde han salido nuevas erupciones, tratando de luchar contra eso que le acompleja un poco, que le hace ganar unas cuantas risas en el colegio, en la universidad, buscando nuevos tratamientos, desde las cremas más costosas del mercado, hasta los remedios caseros que la abuela jura que son infalibles.
Es normal
Primero hay que decir que a todos les llega la hora del acné, es como la gripa, no hay quien no haya pasado por eso. Sin embargo, hay casos que deben tratarse clínicamente, los que no cesan con el tiempo. El dermatólogo Donaldo Ortiz Latorre aconseja que es mejor acudir rápido al médico para acceder a un tratamiento acertado: “Necesita recomendaciones, explicaciones claras del por qué se presenta y cómo es su intensidad o gravedad, porque hay grados de acné leve, moderado y severo. Esto dependiendo del número de lesiones y las áreas comprometidas”.
Como es un problema repetido, los laboratorios farmacéuticos se han dado a la tarea de estudiar los casos y encontrar las mejores soluciones, por lo que actualmente hay múltiples medicamentos que ayudan a superarlo y a evitar complicaciones que, según Ortiz Larrote, son las cicatrices atróficas —que dejan una laceración como un cráter—e hipertróficas —que son como erupciones— que finalmente afectan la autoestima del paciente. Según estudios, el acné es más severo en hombres, aunque en los últimos años se ha encontrado ese mismo nivel de severidad en mujeres.
“Entre más temprano se inicie el tratamiento menos secuelas quedarán. Los tratamientos, por lo general, consisten en antibióticos o un derivado sintético de la vitamina A, Isotretinoina, y si hay antecedentes familiares, la necesidad de una intervención temprana es mayor, pues el acné severo suele ser hereditario. Las secuelas se tratan posteriormente, una vez sea superado el acné y su proceso inflamatorio”, dice el dermatólogo.
Importante tratarlo
Actualmente los múltiples tratamientos médicos permiten que el paso del acné no deje huellas. Las técnicas van desde la utilización de láser hasta rellenos y dermoabrasión —técnica para regenerar las capas de la piel por medio de exfoliación—. “Hoy es mucho más fácil evitar las cicatrices y secuelas, que finalmente es lo que más trauma le deja a los adolescentes. Entre más temprano acuda al dermatológo, entre mejor comprenda la enfermedad como cualquier otra, mucho mejor y menos daño se hace”.
Entre el 70 y 80% de los adolescentes, entre los 10 y los 18 años, pueden presentar algún tipo de acné debido al influjo normal de las hormonas, específicamente de la testosterona, por lo que el sudor se aumenta y el sistema reproductor —tanto en hombres como en mujeres— adquiere nuevas capacidades que eran inéditas en el cuerpo. Además del acné hay otros fenómenos como la seborrea, el mal olor debido a la excesiva sudoración y piel grasa.
Aunque se cree que el acné solo genera problemas sociales en los jóvenes, recuerde que en el nivel severo es una enfermedad que necesita tratamiento y vigilancia permanente de un experto, en estos casos es bueno evitar la automedicación, pues la piel puede sufrir consecuencias adversas
Las glándulas sebáceas de la piel generan un sebo que la protege y mantiene hidratada. Cuando el cuerpo lo produce en exceso aparecen brotes y erupciones con frecuencia.
Cuidados que ayudan a controlar el brote
- Limpiar la piel delicadamente con un jabón suave que no cause resequedad.
- Buscar fórmulas a base agua para los cosméticos y las cremas para la piel.
- Retirar toda la suciedad o maquillaje. Lavarse una o dos veces al día, incluso después de hacer ejercicio y evitar restregar y lavar la piel en forma repetitiva.
- Lavarse regularmente el cabello, en especial si es grasoso, así como peinarse o llevarse el cabello hacia atrás para mantenerlo fuera del contacto con la cara.
- No apretar, rascar, escarbar ni frotar los granos. Esto puede generar cicatrizaciones e infecciones de la piel.