Además del tejido adiposo blanco, el cuerpo cuenta con una grasa de tono más oscuro que se puede estimular para quemar más energía.
La mayor parte de la grasa corporal es blanca, almacena energía y suele reposar en el estómago, las caderas y los muslos. Sin embargo, también existe un tejido graso pardo, marrón o beige —como es llamado por su color—, el cual hace algo más que acumularse, pues produce el 20 % del calor corporal y permite que se queme más energía.
Según una investigación científica publicada en la revista Cell Metabolism, aún no se conoce el origen de este tipo de tejido, pero sí se ha establecido que además de segregar más de 100 proteínas que no son secretadas por la blanca, tiene mayor capacidad para regular el sistema inmunológico celular. Al unirse todas sus funciones, metabólicamente el cuerpo acelera su pérdida de peso.
Algunas acciones sencillas que se pueden realizar para activar la transformación del tejido blanco en marrón son: tener una dieta sana, realizar ejercicio, comer manzanas y peras con piel para estimular el ácido ursólico y tomar una sola taza de café al día, como lo indica un estudio de la Universidad de Nottingham, esta bebida activa la grasa parda del cuello, mientras ayuda a regular el peso y el azúcar en sangre.
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