Son opciones para remplazar la leche de vaca cuando hay intolerancia. Mejor prepararlas en casa o leer las etiquetas para que no incluyan azúcares añadidos.
Asesora: Gloria Ruiz
Nutricionista
Mucho se habla de la leche de soya, que es saludable, que sirve para contrarrestar efectos de la menopausia, que ayuda a la salud femenina, que previene el cáncer. El hecho es que el consumo de las bebidas o leches vegetales, como esta o la de almendra, ha aumentado. Pero también es cierto que en ocasiones se les atribuyen propiedades que no corresponden, o no son del todo verdad. Todo ello depende en gran medida de la procedencia de los alimentos y por supuesto de su consumo responsable. Por lo tanto, es preciso informarse.
Gloria Ruiz, nutricionista de la Universidad Católica de Manizales, certificada en Psicología de la Obesidad del Instituto Celk, en Argentina y Coach en cambio de hábitos, comenta que en Colombia, los cultivos de soya en su gran mayoría son de origen transgénico; es decir, son cultivos que han sido genéticamente modificados con químicos para generar una alta producción y así cubrir la alta demanda.
“Una cosa sí es cierta y es que tiene una cantidad de proteína significativa, pero su mayor contenido son carbohidratos y en muchas patologías, tales como obesidad, sobrepeso, resistencia a la insulina, hígado graso, hay que restringir su consumo”, puntualiza la nutricionista.
Según la especialista, las propiedades que se le pueden endosar a estas bebidas, dependen de la calidad de la preparación y los ingredientes. Por ejemplo, en el caso de la bebida de arroz, si se utiliza el grano integral, puede aportar fibra, nutrientes como el Complejo B, que ayuda al funcionamiento cerebral. “Normalmente el arroz con el que hacemos la leche no es integral, es blanco y en ese caso lo que estamos consumiendo es almidón, son calorías vacías, es algo con un contenido nutricional pobre”, señala.
¿y la de almendras?
Este se considera un alimento nutritivo, principalmente por su alto contenido de calcio de origen vegetal, que es asimilado y absorbido por el organismo, “incluso mejor que la leche de vaca, pues, este último no es biodisponible y el cuerpo humano no lo asimila efectivamente”, añade la especialista.
Complementa que la ‘leche’ de almendras contiene triptófano, que es un aminoácido que ayuda a que nuestro estado de ánimo se mantenga estable, lo que significa que afecta de manera positiva la salud mental, no en vano está involucrado en la regulación del sueño y el placer. La falta de esta sustancia, entre otros elementos, puede contribuir negativamente a cuadros de ansiedad, insomnio y estrés. Es alta en fibra y contiene además magnesio, que es importante para el tono muscular.
Lea las etiquetas
Hay claves para identificar la calidad de las leches vegetales que se encuentran en el mercado listas para su consumo. La primera de ellas es verificar la fecha de vencimiento, si es lejana, implica que tiene más contenido de conservantes. También es importante verificar los componentes usados para la elaboración. En la tabla nutricional se podrá cerciorar si tienen químicos, potenciadores de sabor e incluso azúcar adicionada.
Algunas presentaciones de leches y bebidas vegetales contienen carragenina, compuesto contraproducente para la salud, e incluso está asociado a algunos tipos de cáncer, lo mismo que sustancias como el glutamato monosódico (GMS, MSG por sus siglas en inglés), uno de los aminoácidos no esenciales más abundantes en la naturaleza que puede producir el efecto contrario al que se busca en este tipo de bebidas.
El consumo regular de la bebida de almendras previene enfermedades cardiovasculares. Su alto contenido de fósforo lo hace un súper alimento para los huesos y los dientes. Y es energética. Mejor prepararla en casa.
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