Es bastante común el sentimiento de que no se puede terminar la más mínima tarea sin distracciones. Esto genera estrés y una sensación de impotencia.
Expertos de la Clínica Mayo afirman que el pensamiento disperso o la distracción mental afecta a todas las personas. Los estudios comprueban que los individuos piensan en cosas diferentes a la que están realizando casi la mitad del tiempo. El hecho es que cuando se sucumbe ante la distracción se produce estrés, se fomenta la intranquilidad e incluso puede llevar a la depresión, al sentir que no se cumple con lo que se requiere en el trabajo o en las actividades cotidianas.
Una forma de avanzar y desarrollar la concentración es la llamada conciencia plena, se trata de tener presente, en todo momento, dónde se está y qué se está haciendo. El cerebro se puede entrenar para estar más consciente, lo que requiere de práctica. Aquí dos pautas para lograrla:
- Estiramientos y ejercicios de respiración. Hacen parte de los entrenamientos para reducir el estrés y mejorar la conciencia plena.
- Meditación. Promueve el pensamiento positivo y focalizado. Actividades como el yoga hacen que quienes la practican se sientan menos estresadas e inclusive más optimistas.
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