Los colchones, las sábanas y las almohadas son los espacios ideales para la propagación de los ácaros en la casa.
Los ácaros son tan pequeños que solo pueden verse a través de un microscopio. Estos prosperan en temperaturas de 20 a 25 grados centígrados y en altos niveles de humedad. Según la Fundación de Asma y Alergias de América, “se alimentan principalmente de los pequeños copos de piel humana que la gente arroja cada día. Estos copos se abren camino profundamente en las capas interiores de muebles, alfombras, ropa de cama e incluso juguetes de peluche (…). Pueden ser el desencadenante más común de las alergias o el asma”.
Los síntomas más comunes de la alergia a los ácaros van desde el estornudo, los ojos rojos o llorosos, la congestión nasal hasta la dificultad para respirar.
Para eliminarlos de la casa, empezar por no tender la cama inmediatamente en la mañana. Dejar que respire mínimo una hora antes de hacerlo. Así, los ácaros se exponen al aire y luz, lo que ayuda a su exterminio.
Recuerde también cambiar la ropa de cama una vez a la semana. Especialistas de la Organización Mundial contra las Alergias recomiendan lavar las sábanas y las fundas de almohada con agua muy caliente, “a la mayor temperatura posible, así como aspirar el colchón y las almohadas”, explica la Organización en su portal.
En el mercado se encuentran distintas opciones, como productos creados específicamente para eliminar los ácaros y otras como las esencias naturales. Si la alergia es muy fuerte o presenta brotes en la piel, consultar con el médico.