La enfermedad por reflujo gastroesofágico tiene un impacto negativo en la productividad laboral y calidad de vida de quienes la padecen.
Esta molestia ocurre cuando el contenido gástrico o líquido estomacal cargado de ácido se devuelve por el esófago u órganos cercanos a este, produciendo distintos síntomas molestos o complicaciones en esta región del organismo como quemaduras que suben desde el estómago hasta la faringe, regurgitar (acción de expulsar por la boca) sin vomitar un alimento no digerido y contenido en el esófago o el estómago; náuseas, sensación de malestar y dificultad para dormir.
La obesidad, enfermedades cardiovasculares y de tiroides, síndrome de intestino irritable, tos, enfermedad de la vesícula biliar, sinusitis, molestia en el tórax e incluso patologías mentales como depresión y ansiedad, pueden desencadenarlo. Así mismo, las mujeres y los fumadores, son los grupos con mayor posibilidad de presentar los signos de alarma.
Adoptar hábitos sencillos como no irse a la cama con el estómago lleno, disminuir el tamaño de las porciones a la hora de comer, evitar el tabaco y las bebidas alcohólicas, llevar una bitácora de los alimentos que podrían causar acidez para reducir su consumo y adoptar una rutina de ejercicios para evitar el sobrepeso, son algunas de las pautas que se recomiendan para su prevención.
La doctora María Fernanda Vargas, recomienda: “hacer uso de antiácidos, pues son una buena opción terapéutica para tratar el malestar generado por los síntomas de la acidez gástrica. Algunos de estos son de fácil acceso, de acción inmediata, tienen efecto seguro, de corta duración y alivian los síntomas relacionados con la gastritis y otros trastornos gastrointestinales como las úlceras gástricas, el reflujo, entre otros”.
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