El estado nutricional de la mujer es fundamental para el buen desarrollo del embarazo. El exceso de peso conlleva riesgos.
No todas las mujeres aumentan de peso de la misma manera en la gestación. En cualquier caso, la ganancia de este debe tener en cuenta la talla de la mamá y el estado nutricional materno pregestacional, un cruce que se conoce como el Índice de Masa Corporal (IMC). Por lo tanto, es un asunto que debe determinarse para cada caso. Un IMC entre 18,5 y 24,9 lo presentan, por lo general, mujeres saludables con menor riesgo de tener un recién nacido de bajo peso o más grandes que el promedio.
Así lo señala la Unicef, entidad que alerta, además, que el bajo peso como la obesidad son dos situaciones de peligro para la maternidad. Es una realidad que durante el embarazo las necesidades de energía aumentan y la madre, desde el primer control médico, debe realizarse una valoración nutricional para definir un plan de manejo experto. Sin embargo, aquella creencia popular que dice que la embarazada “debe comer por dos” hay que pasarlo por el filtro médico para evitar consecuencias. También es un mito que haya que aumentar un kilo por mes, pues no existe una receta única para todas. Mientras que para algunas un kilo por mes puede ser mucho, para otras puede ser insuficiente, reitera la Unicef.
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