Diagnosticar la miopía en los niños es fundamental pues usualmente hasta los 7 años de edad podría tratarse con mayor efectividad y reducir su impacto.
Es normal que los pequeños no sepan detectar por sí solas si están viendo bien o no. Por eso, la importancia de que los padres y familiares estén atentos a señales que puedan indicar algún problema visual. Si el niño se queja de dolores de cabeza; se acerca mucho al televisor; guiñe o achina los ojos con frecuencia, o busca estar más cerca al tablero en el colegio es importante consultar a un especialista. Ver también ¿Sabías que la miopía compensa la presbicia?
La miopía es hereditaria en la mayoría de los casos, sin embargo factores ambientales están incidiendo cada vez más en el crecimiento de la enfermedad en las nuevas generaciones, entre los que se destaca el uso excesivo de dispositivos móviles y la disminución de los tiempos al aire libre.
Un reciente estudio de la Universidad de Cambridge encontró que los menores que padecen miopía pasan al aire libre un promedio de 3,7 horas menos que los que tienen una visión normal. Por esto, el director del estudio Justin Sherwin hace un llamado para incrementar en una hora a la semana el tiempo que pasan al aire libre los niños, lo que “puede reducir en un 2% el riesgo de desarrollar la miopía».