Esta conducta psicológica implica refugiarse en las adversidades y situaciones negativas.
La Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona explica que la teoría de la indefensión aprendida surgió a partir de los experimentos del psicólogo estadounidense Martin Seligman, en la década del 70. Consiste en una actitud de evasión, inacción y pérdida de toda respuesta de afrontamiento ante circunstancias negativas, así tengan una posible solución.
Así mismo, este comportamiento refuerza en el individuo el sentirse indefenso y no hacer nada al respecto, lo que lleva a la persona a no evitar el sufrimiento, en caso de padecerlo. Como tal no hay ningún hecho en específico que genere la indefensión, sino que se trata de un esquema de pensamiento que se desarrolla gradualmente.
Según el sitio web Psicología y Mente, elaborado por psicólogos y estudiantes, un ser humano o animal que se inhibe ante situaciones dolorosas, pueden predisponerse a la pasividad ante los problemas, sobre todo si las acciones para resolverlos no hay resultado favorables. También, la indefensión aprendida se manifiesta en el retraso de la iniciación de respuestas voluntarias ante determinadas circunstancias y puede llegar a estados de ansiedad y depresión, afectando la capacidad de resolución de problemas. Es importante aclarar que quien se identifica con esta conducta psicológica no se siente mal porque quiere, sino porque su psique ha consolidado cuadros que lo abstienen al momento de cambiar su propia situación, la psicoterapia por ejemplo, es una herramienta para tratarla.
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