Aunque usualmente cuando se habla de hígado graso se asocia a una patología causada por el consumo excesivo de alcohol, existe una variación que no responde a este hecho.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos hay factores como sobrepeso u obesidad, prediabetes (resistencia a la insulina), diabetes tipo 2, colesterol y triglicéridos altos, hipertensión arterial y cirugía de derivación gástrica, que pueden acelerar la aparición de la enfermedad del hígado graso no alcohólico.
En muchas personas, esta enfermedad no causa síntomas o problemas, pero una forma más grave de esta afección se conoce como esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), que puede causar insuficiencia hepática y cáncer.
A menudo este padecimiento se detecta durante las pruebas de sangre de rutina que se utilizan para ver cómo está funcionando el hígado.
Tenga en cuenta: fatiga y dolor en la parte superior derecha del abdomen son los síntomas más comunes de esta enfermedad.