Este 28 de julio se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis con el objetivo de lograr una mayor conciencia sobre esta enfermedad viral.
Ese es el llamado que hace la Alianza Mundial contra la Hepatitis, haciendo énfasis en que cualquier persona puede verse afectada por esta enfermedad viral. Reflexionar sobre la hepatitis, conocer sus mecanismos de transmisión y señales de alerta permiten un diagnóstico a tiempo, fundamental para su tratamiento oportuno, teniendo en cuenta que, por ejemplo, “más del 90% de las personas con hepatitis C pueden curarse completamente en un plazo de 3 a 6 meses”, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estas son las medidas más frecuentes de prevención según el tipo de hepatitis:
- Hepatitis A y B: la vacunación previene la aparición y desarrollo de la enfermedad. Además, la higiene personal es clave por medio del lavado constante de las manos.
- Hepatitis C: no existe vacuna, por lo que la prevención depende de la reducción del riesgo por contacto sexual o por drogas inyectables, haciendo un cuidado especial de las jeringas por las que puede transmitirse.
- Hepatitis D: la prevención más importante consiste en la vacunación contra este virus, los métodos de seguridad frente al contagio por sangre o el uso de inyecciones, y la reducción de daños por medio de un tratamiento oportuno.
- Hepatitis E: es una enfermedad de alta prevención desde las prácticas higiénicas: lavarse las manos después de usar el baño, limpiar adecuada de los alimentos y evitar beber agua que no sea potable.
95% de los infectados con hepatitis no lo saben, según cifras de la OMS.