La automutilación es una conducta a través de la cual una persona se hace daño a sí misma a propósito.
Por esto, es importante detectar a tiempo cuándo un individuo se autoflagela, para entrar a intervenir y, si es del caso, solicitar ayuda especializada. Según el portal MedlinePlus, la persona que realiza este tipo de actos no tiene la intención, en un principio, de suicidarse, aunque está a mayor riesgo de intentarlo posteriormente.
La autolesión tiende a comenzar en la adolescencia y en los primeros años de adultez; algunas personas, incluso, pueden hacerlo un par de veces y no intentarlo más, sin embargo, en otras puede hacerse cada vez más frecuente, lo que desembocará en un grave problema de salud mental. Los ejemplos de automutilación incluyen cortarse con una navaja, un cuchillo o cualquier objeto lo suficientemente filoso, arrancarse el pelo, darse puñetazos a sí mismo o a una cosa, quemarse con cigarrillos, fósforos o velas, entre otros.
Es posible sobreponerse a la necesidad de hacerse daño por sí mismo. Pese a esto, la recomendación es acompañar al paciente en su proceso de recuperación, que se basa en encontrar otras maneras de aliviar las emociones negativas que le producen los problemas o los sentimientos de soledad, enojo y desesperanza.
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