“Lo que ocurre en la boca es uno de los elementos menos importantes en la experiencia de la comida”.
Así lo afirma el doctor Charles Spence, de la Universidad de Oxford, al argumentar que no existe algo más excitante para el cerebro que la comida.
Las investigaciones del científico han determinado que realmente el que decide cuando nos gusta o no algún alimento no es el paladar sino los neurotransmisores que interactúan el cerebro.
En el video a continuación exploramos dicha relación entre el cerebro y la comida, que el Dr. Spence ha denominado “neurogastronomia”.