Es un procedimiento de rejuvenecimiento de la piel en el que se aplica una solución química sobre este órgano para extraer las capas superiores.
Este método se utiliza para tratar las arrugas, los cambios de color en la piel y las cicatrices, generalmente en la cara. Se puede realizar solo o en combinación con otros procedimientos estéticos y darse a diferentes profundidades (suave, media o profunda), según los resultados deseados. La Clínica Mayo indica las diferencias:
- Suave o superficial: destruye la capa externa de la piel (epidermis). Puede utilizarse para tratar arrugas pequeñas, acné, coloración dispareja de la piel y sequedad. La recomendación es realizarla una vez por semana durante un máximo de seis semanas.
- Media: interviene las células de la piel de la epidermis y de ciertas porciones de la parte superior de la capa media (dermis). Trata arrugas, cicatrices del acné y coloración. Repetir después de 12 meses para conservar resultados.
- Profunda: tiene incidencia en la epidermis y capas media e inferior de la dermis. Se sugiere para arrugas más profundas, cicatrices o crecimientos precancerosos. El médico determinará si es necesaria, además de su frecuencia.
Tenga en cuenta que una exfoliación puede tener efectos secundarios como enrojecimiento, cicatrices en casos excepcionales, cambios en el color de la piel, sobre todo en personas con tono más oscuro, brotes y excepcionalmente una infección bacteriana. La piel que vuelve a crecer después de una exfoliación es más suave y tiene una apariencia más joven.
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