La fibra es uno de los nutrientes más importantes que es preciso consumir para garantizar una buena digestión. Además de prevenir enfermedades y favorecer la absorción de nutrientes, ayuda a tener las defensas arriba y fortalecer nuestro sistema inmune.
Todos los alimentos de origen vegetal como las frutas y vegetales contienen fibra, además de los cereales poco procesados, sin embargo, debido a nuestra cultura, tenemos un consumo bajo de esta sustancia. La Organización Mundial de la Salud, recomienda comer 25 gramos diarios, lo que equivale a cuatro o cinco porciones de estos alimentos, para evitar enfermedades del colon, el recto y el tracto digestivo.
Cuando no se consume esta cantidad sugerida es posible que las personas comiencen a sufrir frecuentemente de problemas gastrointestinales, como estreñimiento o incluso llegar a padecer de cáncer de colon, precisa Jaime Orrego, médico pediatra, especializado en nutrición. Es tan importante incluirla porque además regula la flora intestinal, el conjunto de bacterias que viven en el intestino, y que desempeñan una labor beneficiosa para la salud al ayudar a realizar procesos claves después de comer.
La fibra, además disminuye la absorción del cuerpo de grasas, lo que significa que funciona para el control del sobrepeso y la obesidad, esta última considerada como «la pandemia del siglo XXI». El especialista advierte que es necesario acompañar el consumo de fibra con una dieta balanceada, en la que se consuman seis comidas diarias, al menos cuatros porciones de fruta, se realice ejercicio regular y controles periódicos con el médico.
La educación es clave
Es necesario que los padres de familia empiecen a incluir hábitos saludables en la vida de los más pequeños. El especialista advierte además que para que las frutas y verduras aporten fibra, estas deben consumirse enteras.«Hay que cambiar los hábitos alimenticios, cambiar la educación, eso empieza desde la infancia, desde las familias, hay que enseñarle a los hijos a comer fibra, a comer frutas y verduras, y a llevar una vida saludable, para esto es necesario también el descanso en familia».
En esta línea, pequeños cambios nutricionales pueden ayudar significativamente a la salud pública. De hecho, señaló que los jóvenes están entrando en una cultura de tener una vida sana. Consumir menos alimentos industrializados y agregar a la dieta alimentos como el aceite de soya o de girasol, salmón, sal marina y fibra, lo que «puede ser muy positivo para la cultura de una nutrición saludable».