La glándula pituitaria o hipófisis está adherida a la base del cerebro y secreta hormonas que gobiernan el inicio de la pubertad, la evolución sexual y la función reproductiva.
El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares explica que una enfermedad de esta glándula puede originar la producción de pocas o muchas hormonas, ocasionando algunas tumores asociados a trastornos en su funcionamiento, pero que usualmente no causan problemas de salud.
El tumor más común es el que produce hormonas e interfiere con el equilibrio hormonal del cuerpo, presentándose alteraciones endocrinas como el síndrome de Cushing e hipertiroidismo. Los síntomas de los tumores pituitarios incluyen dolor de cabeza, problemas de visión, náusea y vómito; y anomalías asociadas a la producción de demasiadas hormonas.
El Instituto Nacional de Cáncer señala los puntos más importantes a tener en cuenta sobre los tumores de hipófisis:
- Es un crecimiento de células anormales en los tejidos de la glándula.
- Tener ciertas afecciones genéticas aumenta el riesgo de presentarlos.
- Para detectar (encontrar) y diagnosticarlos se utilizan estudios con imágenes y pruebas que examinan la sangre y la orina.
- Ciertos factores afectan el pronóstico (probabilidad de recuperación) y las opciones de tratamiento.
En general, el tratamiento depende del tipo de tumor, su tamaño, si ha invadido otros tejidos, además de la edad y el estado de salud general del paciente. Se usan tres tipos de tratamiento: extirpación quirúrgica del tumor; radioterapia y farmacoterapia en la que se usan medicamentos para encoger o destruir el tumor.