La natación, como hidroterapia, es uno de los ejercicios más recomendados para tratar lesiones musculoesqueléticas entre las que se destacan aquellas en la columna vertebral.
Sin embargo, no todas las modalidades de nado son óptimas para la columna. Dependiendo de la zona afectada hay prácticas determinadas que favorecerán la recuperación, mientras otras podrían complicarla más de la cuenta.
Cuando hay una inflamación o lesión en la zona lumbar (área baja de la columna) deben evitarse los estilos de mariposa y pecho. Las opciones recomendadas son las prácticas de espalda, pues en esta posición no se forza la forma natural de la columna, así como el estilo libre, teniendo especial cuidado con la técnica de la patada de pies para evitar que estos se hundan y se ejerza mayor presión sobre la zona lumbar.
Ante la escoliosis, o desviación lateral de la columna vertebral, se recomiendan ejercicios que estimulen el lado debilitado. Por ejemplo, nadar con el brazo no dominante, mientras mantiene el otro brazo quieto a lo largo del cuerpo; practicar estilo libre con una aleta o pala en el lado débil para ejercer mayor presión sobre este; así como hacer giros laterales en pared sobre el lado afectado.
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No hacer estiramiento, o hacerlo de forma insuficiente, exagerarse en el entrenamiento, o una mala técnica de nado son algunas de las acciones que pueden aumentar el dolor.