Este enfoque alimenticio le permitirá regular las cantidades de sal que consume, al tiempo que privilegia la ingesta de fibra. Una alternativa beneficiosa para la presión arterial.
El primer paso para controlar la hipertensión arterial es hacer cambios a su dieta. Alimentarse de forma más balanceada es una forma comprobada de reducir sus posibilidades de sufrir una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular.
Una forma de lograrlo es a partir de la llamada dieta Dash, siglas en inglés de Dietary Approaches to Stop Hypertension (Enfoques Alimenticios para Detener la Hipertensión), que ayuda a reducir las cantidades de sal que se consume y, según un informe de la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU. (NIH), refleja sus efectos sobre la presión arterial al cabo de unas cuantas semanas.
«Esta dieta es rica en nutrientes importantes y fibra. También incluye alimentos que son más ricos en potasio, calcio y magnesio, y más bajos en sodio (sal)», dice la NIH. Asimismo, se reducen el consumo de carbohidratos diario en un 55% y el colesterol a 150 mg. Además es necesaria la ingesta de al menos 30 gramos de fibra diariamente.
Estos son algunas recomendaciones que brinda la NIH para llevar a cabo la dieta Dash de forma exitosa:
- Reduzca el sodio a, máximo, 2.300 mg (una cucharadita pequeña) por día.
- Reduzca la grasa saturada a no más del 6% y la grasa total a 27% de las calorías diarias. Los productos lácteos bajos en grasa son beneficiosos.
- Al escoger las grasas, seleccione aceites como el de oliva y el de canola.
- Prefiera los granos integrales a los productos de harina blanca o pasta.
- Escoja frutas y verduras frescas todos los días, ricas en potasio y fibra.
- Procure comer nueces, semillas o legumbres (como frijoles o guisantes) a diario.
- Escoja cantidades modestas de proteína (no más de 18% de las calorías diarias totales). El pescado, la carne de aves y los productos de soya son las mejores fuentes.
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