La seguridad en el agua es importante en cualquier edad, pero especialmente en bebés o niños pequeños. Un ahogamiento puede ocurrir de manera rápida.

Las bañeras, las piscinas, las piscinas inflables, los jacuzzis e incluso los cubos y los fregaderos llenos de agua, pueden ser peligrosos. Para reducir el riesgo de ahogamiento, el portal KidsHealt recomienda:

En el baño:

• Nunca dejar a un bebé en el baño sin supervisión.
• Evitar dejar una bañera, un cubo u otro recipiente lleno de agua u otro líquido.
• Precaver el uso de un asiento en la bañera, este puede darse vuelta o el bebé deslizarse.
• Instalar una traba en la tapa del inodoro y mantener las puertas de este cerradas.

En la piscina:

• Si hay una piscina en el jardín, instalar un cerco de al menos 1,5 metros de altura en todos los lados, así como una puerta que cierre sola y se trabe con un sistema que esté lejos del alcance de los niños.
• Retirar los juguetes de la piscina cuando los niños hayan dejado de nadar para prevenir que ellos intenten recuperarlos.
• Verter toda el agua de la piscina inflable cuando haya terminado de usarse.

No nadar bajo los efectos del alcohol o de sedantes, utilizar chalecos salvavidas y aprender pautas de una reanimación cardiopulmonar, son otras precauciones a la hora de evitar un ahogamiento.

En caso de reanimación, ¿qué hacer?

Sacar a su hijo del agua inmediatamente y verificar si respira por sí solo. Si no, concéntrese en darle respiración de rescate y reanimación cardiopulmonar hasta que respire por sí solo. (Conozca aquí la ruta de reanimación en niños). Es probable que durante este proceso vomite agua. Solo cuando la respiración sea normal, deténgase y busque ayuda de emergencia. Cuando los paramédicos lleguen, ellos le administrarán oxígeno y continuarán con la atención especializada.

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