Conozca el origen de las alergias respiratorias con el fin de prevenirlas.
Según la asociación Red de Alergia y Asma, una alergia respiratoria se presenta cuando el sistema inmunológico se activa de forma exagerada frente a un agente que entra en el organismo a través del sistema respiratorio, lo que causa síntomas como estornudos, tos, rinitis e incluso asma.
Son muchos los alérgenos que desencadenan estas reacciones. Los más comunes son los ácaros del polvo, las descamaciones de los animales o alimentos, además del contacto con bajas temperaturas. Algunas pueden manifestarse durante todo el año, mientras que otras se presentan ocasionalmente, como la alergia al polen.
Otros elementos poco conocidos que pueden provocar este tipo de alergias son:
Bebidas alcohólicas. Su consumo estimula los vasos sanguíneos, permitiendo que el flujo de sangre obstruya aún más los senos congestionados. También aumenta la inflamación (la respuesta del sistema inmune a los invasores nocivos), que ya se ha acelerado debido a la lucha contra el polen. El vino tinto y la cerveza son los más propensos a activar esta reacción ya que tienen un alto contenido de histaminas, un químico que puede provocar goteo nasal o estornudos.
Plantas en casa. Según la asociación, alrededor del 78% de las personas que sufren alergias son vulnerables a al menos una planta de interior común como ficus, hiedra y yuca. Ramos de flores altas en polen como girasoles o margaritas, también pueden alterar los senos paranasales.
Descongestionantes. Los medicamentos para las alergias de venta libre, como la oximetazolina, la loratadina, entre otros, pueden ayudar a que una persona con alergias respiratorias respire mejor, ya que reducen los vasos sanguíneos hinchados en los conductos nasales. Pero si estos son usados durante más de tres días seguidos, pueden causar un efecto “rebote”.
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