Escapar al desayuno, o tomar agua con limón en ayunas, son alternativas para algunos. No son tan convenientes cuando el cuerpo y cerebro necesitan energía.
Asesora: Jasbleidi Buitrago Uribe
Nutricionista, dietista. Magíster en Ciencias de la Alimentación y Nutrición Humana
En tiempos de influencers en alimentación, ejercicio y de vida sana, múltiples mitos se expanden en las distintas redes sociales, y muchas personas ponen en práctica métodos para tener una buena salud y de paso bajar de peso. Algunos de los más adoptados son tomar en ayunas un vaso de agua con limón o con bicarbonato, adjudicándose a estas mezclas distintos beneficios. Pero, ¿cuál es entonces la mejor manera de romper el ayuno en las mañanas?
Jasbleidi Buitrago Uribe, nutricionista, dietista, magíster en Ciencias de la Alimentación y Nutrición Humana, aclara que las mezclas de agua con cualquier elemento en ayunas, con el fin de bajar de peso, no tienen ningún fundamento científico.
Asegura que tampoco trae beneficios adheridos para el cuerpo, como algunos creen. “Es muy importante esa primera ingesta después de haber dormido toda la noche y lo primero que suelo aconsejar en consulta es que no se rompa el ayuno con una gaseosa o un refresco, hay que evitar esos azúcares. Lo segundo es que hay que comer algo en los primeros cuarenta y cinco minutos después de despertar, máximo una hora, porque el cuerpo empieza a reclamar energías, y ellas vienen de los alimentos”, precisa la especialista.
Al despertar, los receptores que se encargan del funcionamiento del cuerpo están atentos a captar todo lo que sean nutrientes para un óptimo desempeño, por esto es tan importante no dejar pasar mucho tiempo para desayunar.
“Uno rompe el ayuno de muchas formas, lo importante es que sea en unas condiciones óptimas, la primera es el tiempo. La segunda tiene que regirse un poco por lo cultural, pero se recomienda que haya una proteína, grasa, cereales y harinas. Si hablamos del desayuno, en Antioquia, por lo general lo hacemos con arepa, huevo y chocolate, ahí se cumplen las condiciones; en otras regiones cambian la arepa por pan. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que debería haber una fruta, pero aquí no acostumbramos hacerlo, por lo que casi todos los nutricionista sugerimos que se coma a la mitad de la mañana”.
Con respecto a empezar el día con una bebida muy cargada de azúcar, como por ejemplo el agua de panela o el chocolate, la nutricionista dice que no hay mayores inconvenientes porque sus calorías son energéticas y puede aportar fuerzas para el desempeño en la mañana, “muy diferente a una gaseosa que es pura azúcar concentrada”, comenta.
¿Saltarse el desayuno?
Es habitual que muchas personas opten por simplemente eludir esta primera comida del día. “A la consulta llega mucha gente que no desayuna cuando se levantan entre las 5:00 y las 6:00 a.m, porque dicen que no son capaces, pero ese es un hábito que hay que dejar, pues el cuerpo empieza a absorber las reservas de alimentos que le quedan. Cada cuerpo es distinto, pero hay mucha gente que dice sufrir de dolores de cabeza o de mareos, los revisan y no tienen nada, muchas veces es porque no desayunan, o lo hacen hasta tres o cuatro horas después de que se despiertan”.
La nutricionista recomienda que el ayuno no sea prolongado, hay que despertar al cuerpo con buenos alimentos, sin embargo recuerda que hay excepciones: ayunos médicos o religiosos, los que no se pueden convertir en regla, para así mantener el bienestar del organismo •
27% más posibilidades de sufrir un ataque cardíaco tienen quienes se saltan el desayuno, indica estudio publicado en Circulation.
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