Debido a la escasez de vacunas o los problemas en su distribución, desde el Ministerio de Salud y Protección Social han solicitado prolongar el tiempo entre dosis argumentado que no afecta su seguridad ni eficacia.
Modificar el intervalo entre la primera y segunda dosis significaría lograr mayor cobertura; pero hay quienes aseguran que la inmunización parcial, además de no contar con la suficiente evidencia científica, ayudaría con la propagación de las nuevas variantes del covid.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recientemente actualizaron su guía de vacunación y mencionaron la posibilidad de postergar hasta 42 días la aplicación de la segunda dosis para flexibilizar las jornadas, aunque sugirieron continuar con el cronograma inicial de 21 días.
Desde el Ministerio de Salud y Protección Social argumentan que ampliar el intervalo generaría mayor disponibilidad de vacunas para tener la mayor cobertura posible. Al respecto, destacaron que esta es una estrategia exitosa en Reino Unido, Canadá, Dinamarca, Noruega y Francia. «Con la mejor evidencia disponible a la fecha es bastante probable que diferir la segunda dosis por unas semanas no tenga un efecto negativo en la protección contra el covid-19, y, por el contrario, se observa una mejor eficacia de manera similar a lo que sucede con otras vacunas basadas en la misma plataforma, o en otras vacunas contra el nuevo coronavirus desarrolladas en otras plataformas», asegura Leonardo Arregocés, director de Medicamentos y Tecnologías en Salud de la cartera.
El propósito de la vacunación es crear memoria inmunológica para que el cuerpo reconozca y se proteja ante las amenazas. Thomas Denny, director de operaciones del Duke Human Vaccine Institute, explica en un artículo de Scientific American que “Las vacunas de dos inyecciones apuntan a obtener el máximo beneficio: la primera dosis prepara la memoria inmunológica y la segunda dosis la solidifica”.
El impacto de las nuevas variantes
Esta es una preocupación real ante la posibilidad de modificar los intervalos. Al respecto, Paul Bieniasz, retrovirólogo de la Universidad Rockefeller, la enfermedad ha mutado, puede evadir los anticuerpos y por eso es indispensable contar con el esquema de vacunación completo. «El virus evolucionará en respuesta a los anticuerpos, independientemente de cómo administremos las vacunas. La pregunta es: ¿Aceleraremos esa evolución creando poblaciones de individuos con inmunidad parcial del tamaño de un país?».
Más allá de modificar o no el calendario de vacunación es menester continuar con las medidas básicas de prevención como el uso permanente de tapabocas, conservar el distanciamiento social y mantener el lavado de manos constante.
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