Cuando hablamos de una alimentación sana, es común dejar por fuera un elemento fundamental en las comidas: las bebidas endulzadas artificialmente.
A la hora de elegir esa bebida que acompaña nuestra comida es importante tener en cuenta factores como el nivel de azúcar, nutrientes y grasa que estas pueden aportar a su dieta.
La guía alimentaria para los estadounidenses, elaborada por el Departamento de Agricultura de ese país explica que “los refrescos regulares, energéticos o deportivos y otras bebidas azucaradas contienen una gran cantidad de calorías de azúcares añadidos y pocos nutrientes”.
La recomendación es hacer del agua la bebida principal para consumir con y entre las comidas, pudiendo ingerir tanto como su cuerpo le demande.
Las bebidas lácteas también son importantes dentro de una dieta saludable, dado su aporte de nutrientes claves como el calcio, la vitamina D y el potasio; sin embargo estas deben ser bajas o libres de grasa y no deben superar las porciones diarias recomendadas: en niños de 2 a 3 años, la sugerencia son 2 tazas de leche; en niños de 4 a 8 años, 2½ tazas, y en niños mayores, adolescentes y adultos, 3 tazas.
Otra opción saludable son los jugos ciento por ciento naturales pero, debido al aporte calórico de las frutas, debe cuidarse la cantidad que se ingiere diariamente. Lo recomendado es no superar 1 vaso en el caso de los adultos y entre ½ y 1 taza en el de los niños.