Sueño de calidad

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Si bien, al dormir el cerebro tiene menor actividad, preservar este estado fisiológico contribuye a relajar y conservar la salud de la mente y el cuerpo.

Bernardo Uribe García Neurólogo clínico.

Cómo considera la calidad de su sueño?, ¿cuántos minutos necesita usualmente para dormirse?, ¿cuántas veces, en el último mes, se despertó durante la noche?, ¿ha tomado algún producto de venta libre o medicado para tener descanso pleno? Responder estas preguntas podrían orientarle acerca de su calidad de sueño.

Para empezar es fundamental definir qué es dormir. El neurólogo clínico Bernardo Uribe García tiene la respuesta: “Es una  etapa durante la que el cerebro no deja de trabajar, pues lo que hace es consolidar la información y memoria recibidas durante el día, además de liberar sustancias químicas que propician un mejor trabajo de la parte circulatoria, entre otras”.

Dormir, entonces, no es la interrupción de la vitalidad durante las horas de la noche, es la recarga de energía. Por eso, los trastornos del sueño, afectan no solo las noches, sino, principalmente la actividad durante el día.

La falta de sueño hace que las personas presenten cansancio, trastornos de la atención, de la concentración y de la memoria, además de irritabilidad y humor depresivo en sus actividades diarias. Así mismo, no tener un sueño reparador es una de las causas más frecuentes de accidentes de tránsito, reveló la investigación Prevalence of sleep complaints in Colombia at different altitudes, publicada en la revista Sleep Science, que midió el impacto de los trastornos del sueño en más de 5.000 personas de diferentes altitudes de Colombia.

Varios trastornos

Según Uribe García y la Asociación Colombiana de Medicina del sueño (Acmes), existen alrededor de 100 tipos de trastornos que afectan el buen dormir, los cuales pueden clasificarse en cuatro grupos: insomnio, trastorno del inicio o despertares continuos; hipersomnia, un sueño excesivo constante e involuntario; trastorno del ritmo circadiano, alteración del ritmo biológico del sueño, y parasomnia, despertares continuos con pesadillas y terrores nocturnos.

Personas obesas, con problemas respiratorios, tendencias depresivas, trabajadores con horarios nocturnos, así como aquellos que reciben tratamientos farmacológicos, son más vulnerables a padecerlos. Situaciones que, en general, pueden corregirse y hasta curarse siempre y cuando se tenga conciencia de la situación y el individuo decida involucrar en el día a día una buena higiene del sueño.

Practicar la higiene

Irse a dormir a la misma hora, no llevarse a la cama trabajo ni comida, acondicionar con buena temperatura la habitación, así como procurar no ‘dormir televisión’ son algunas de las prácticas que ayudan al buen dormir”, agregó el profesional. Asimismo, evitar el consumo de bebidas con cafeína en horas nocturnas y la ingesta de alimentos con alta carga calórica también ayudan a cumplir este objetivo.

De acuerdo con la Acmes, los trastornos del sueño son más recurrentes en los adultos mayores de 55 años, edad promedio en que la melatonina, hormona asociada con regular el sueño, reduce considerablemente su producción. El 50% de la población mundial en algún momento de su vida ha presentado trastornos.
Algunas de las prácticas que contribuyen a un buen dormir son hacer ejercicio, pero sin excederse, evitar las siestas largas después de las 3:00 de la tarde, así como no consumir más de una copa de alcohol antes de acostarse.

Bien sea por insomnio o por apnea de sueño, es importante prestarle cuidado al buen dormir. Este tema, incluso, ameritó una nueva subespecialidad médica llamada Medicina del Sueño, encargada del diagnóstico y tratamiento de los trastornos del sueño. Por eso si siente que en el día se hace pesado y que no logra estar concentrado, revise cómo son sus noches. Antes de automedicarse, evalúe si sufre de algún trastorno del sueño y, si es el caso, busque ayuda especializada.

59% de la población colombiana está afectada por los trastornos del sueño.

 La recomendación esque los bebés duerman en promedio 17 horas; los niños y adolescentes, 10, y los adultos, 7.

Las personas que hacen siesta, entendida esta como un sueño corto durante el día que no dura más de 20 minutos, tienen menos riesgos cardiovasculares.

Muy comunes

Insomnio: aparece cuando hay una gran dificultad de conciliar el sueño o, cuando se logra, la persona se despierta a medianoche y permanece más de media hora sin poder volverse a dormir.

Apnea del sueño: consiste en una o varias pausas en la respiración durante el sueño que causa, en quien lo padece, el paso de un sueño profundo a uno liviano. Para darle una solución pueden explorarse tratamientos otorrinolaringológicos y el uso de unas pequeñas cámaras de oxígeno, que permiten el flujo continuo de aire entre los pulmones y el exterior durante el sueño.

Narcolepsia: es la somnolencia extrema durante el día.

Sonambulismo: consiste en levantarse de la cama en medio de un sueño profundo.

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