Esta es una buena alternativa para mejorar procesos de digestión y relajar el cuerpo. A continuación algunos tips para realizar este tipo de respiración adecuadamente.
Muchas personas respiran de forma superficial y esto hace que no se obtenga todo el oxígeno que se debería. Como resultado, esto puede ocasionar fatiga, falta de energía, de concentración y pérdida de memoria.
Estudios de la Universidad de Texas en Austin, en Estados Unidos, evidencian que, a largo plazo, esta oxigenación deficiente favorece la aparición de enfermedades como la ansiedad, problemas cardíacos, digestivos y trastornos musculares.
Según esta universidad, lo más importante para respirar adecuadamente es tomar consciencia sobre la forma cómo se hace. Es decir, que sea una respiración natural, profunda y que se realice el ejercicio de inhalar por la nariz y exhalar por la boca.
Además de esto, la recomendación es realizar prácticas de respiración diafragmática o abdominal una vez al día, con el objetivo de trabajar la zona baja de los pulmones y la zona superior o clavicular.
Cómo realizar la respiración abdominal
- Siéntese (o acuéstese si lo prefiere) y relaje los hombros, dejándolos caer hacia abajo, sin tensión.
- Coloque una mano sobre su vientre y la otra sobre su pecho.
- Inhale por la nariz dos segundos, sintiendo que el aire se desplaza hacia el abdomen y este se infla. Las costillas inferiores se mueven hacia fuera, aunque su estómago debería elevarse bastante más que su pecho.
- Expulse el aire por la boca durante unos segundos mientras presiona ligeramente el abdomen.
- Repita este proceso durante un minuto y vaya aumentando el tiempo a medida que domine la técnica.
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