Aceptar las diferencias, mantener el respeto y procurar la claridad son pilares fundamentales para mediar conflictos y cultivar el diálogo fluido y seguro en las relaciones de pareja.
Asesores: Gloria Hurtado Castañeda, psicóloga, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada
Juan Carlos Posada mejía, psicólogo clínico y terapeuta gestáltico
Es posible que ante un malentendido, como haber olvidado la hora acordada para encontrarse o lo que el otro quería hacer durante el fin de semana, se cuestione si tiene una buena comunicación con su pareja. ¿Pero qué determina que esta sea adecuada o no? “¿Se trata de que nos pongamos de acuerdo y hagamos lo mismo? ¿Que se haga lo que yo quiero? ¿O aprender a escuchar? Lo primero que debemos comprender es que como pareja nunca seremos ‘uno’. Somos dos y no iguales”, comenta la psicóloga Gloria Hurtado Castañeda.
De esta manera, la base para un buen entendimiento está en la escucha y aceptación de las diferencias. No se trata de vivir siempre de acuerdo, pero sí de respetar el disentimiento. “Yo no me voy a convivir con alguien para cambiar de personalidad. Y yo no puedo esperar que el otro cambie para sentirme bien. Una relación de pareja no debería anular la individualidad. No se trata de manejar la igualdad, sino de la aceptación de las diferencias”, indica la psicóloga.
Cuando aparecen los conflictos
“Los gritos y lo visceral surgen de la impotencia de no haber logrado convencer al otro de lo que yo creo y quiero. Hay conflicto porque no pudimos llegar a un acuerdo. Existen formas de lograr equilibrio y compensación”, afirma Hurtado, quien además resalta que la tolerancia y el respeto deberían ser los hilos conductores.
Así mismo, cada pareja tiene su mundo y es un caso particular. Se trata también de un proceso de aprendizaje, “somos humanos, no hay verdades absolutas. La comunicación tiene que ver con la confianza, pero nadie me garantiza incondicionalidad, pueden pasar situaciones inesperadas de las cuales se aprende. Es sobrellevar el hecho de que somos humanos, que la vida fluye y que todos cometemos errores”, dice Hurtado.
Los conflictos son innatos, una realidad de la vida y por lo tanto de las relaciones también. No necesariamente son insanos. Requieren ante todo, respeto.
Identificar una buena comunicación
Como dice el psicólogo y terapeuta de pareja, Juan Carlos Posada Mejía, vivir en pareja es el arte de dialogar. “Una relación persiste en la medida en que mantiene unos excelentes niveles de comunicación. ¿Y de qué conversa una pareja? Es crear esa cultura de hablar de todo”, relata.
1. Hay comunicación afectiva. “¿A pesar del tiempo nos seguimos hablando con cariño? La idea es que esta se conserve, aún en los conflictos”, señala el psicólogo Juan Carlos Posada Mejía.
2. Es asertiva. Esto implica que sea libre de miedos, prevenciones, angustia o ansiedad. “Una frase que se escucha a menudo: ‘es que yo ya no puedo hablar con él/ella’ ”, comenta Posada Mejía.
3. También es efectiva. Requiere claridad y coherencia para evitar los malos entendidos, sin distorsiones. “Que lo que pienso sea congruente con lo que digo y con lo que me entendieron”, afirma el psicólogo clínico.
4. Existen momentos para el diálogo. Se trata de crear un espacio oficial cada semana para conversar en pareja, de verdad dedicado a que esto. Sin redes sociales, celular, ni demás distracciones.
5. Da cabida a conversaciones difíciles. En ocasiones surgen temas complejos o situaciones complicadas de los que también hay que hablar. Ahí es importante la tolerancia a la frustración.
6. Se gestionan los conflictos. Fundamental considerar al otro un interlocutor válido, para darle credibilidad a sus sentimientos y que se pueda expresar sin interrupciones. “Distinto a no darle importancia a lo que dice o estar presto a criticarlo”, agrega Juan Carlos Posada Mejía.
7. Hay conversaciones profundas y significativas. Distinto a que pase mucho tiempo sin entablarlas. Comenta el psicólogo clínico que “las conversaciones cotidianas y superficiales van cambiando, pero las trascendentales deben mantenerse también”.
8. Prevalece el respeto. La comunicación se deteriora con la descortesía en el trato, “cuando siento irritabilidad y contesto con brusquedad se pierde lo afectivo, efectivo y asertivo. También cuando llevo mucho tragándome cosas que no he podido expresar y prefiero decirlas a otros”, concluye el psicólogo.