Dos órganos del tamaño de un puño y en forma de frijol limpian todos los días aproximadamente 190 litros de sangre. Conocerlos ayuda a cuidarlos.
Ubicados debajo de las costillas, uno a cada lado de la columna vertebral, estos pequeños trabajadores logran sacar del torrente sanguíneo a diario dos litros aproximadamente de desechos y agua, que se convierten en orina.
Los desechos provienen del procesamiento de los alimentos para obtener energía, si estos no se eliminan adecuadamente, terminan por acumularse y perjudicar el funcionamiento normal del cuerpo.
Además de este proceso de limpieza, los riñones liberan tres hormonas: la EPO que estimula la producción de glóbulos rojos; la renina, encargada de regular la presión arterial; y el calcitriol, que mantiene el calcio en los huesos.
Un ejército de “escobitas”
Las nefronas, unidades funcionales del riñón, son las encargadas de esta labor al interior del órgano, cada uno de ellos tiene alrededor de un millón de nefronas. Estas conservan compuestos como el sodio, el fósforo y el potasio.
Estas unidades son las que se pueden ver afectadas por condiciones hereditarias o malos hábitos, lo que lleva eventualmente a la disminución de la función renal. La predisposición hereditaria, la diabetes y la presión arterial alta son las causas más comunes de insuficiencia renal. Cuando hay diabetes, la glucosa que no se procesa adecuadamente se convierte en veneno para las nefronas; en el caso de la hipertensión arterial son los vasos sanguíneos de los riñones los que ven afectado su trabajo.
La función renal puede disminuir entre un 30 y 40 % sin que sea realmente problemático, por eso las personas pueden vivir normalmente con solo un riñón. Cuando baja de ese límite hay graves problemas de salud, que pueden terminar en la necesidad de terapias de reemplazo renal o un trasplante.
Residuos indeseados
Otro problema que pueden tener estos órganos, menos grave pero muy doloroso, es la acumulación de cálculos en su interior. Su aparición está asociada a factores genéticos o ambientales, pero pueden afectar a cualquiera, especialmente si se tiene una alimentación alta en sal y baja en líquidos. Esto hace que se acumule el calcio en el órgano y se formen pequeñas rocas que el riñón intentará expulsar como la orina, sin éxito, de ahí la dolencia. La eliminación de estos se logra con métodos quirúrgicos poco invasivos como la endoscopia, que son de corta hospitalización o ambulatorios.
Día mundial del riñón
Cada año, el segundo jueves de marzo se dedica a este órgano. Según la Asociación Colombiana de Nefrología es preocupante el aumento de la enfermedad renal crónica en el mundo, y en Colombia llama la atención principalmente las altas tasas en la población indígena, según compartió Elizabeth Ardina, coordinadora nacional de la campaña Día Mundial del Riñón 2019, que se celebra bajo el lema “salud para todos en todo lugar”. Entre las actividades que se llevarán a cabo en esta fecha está la presentación de un estudio de prevalencia de enfermedad renal crónica en las comunidades indígenas colombianas durante la Primera Jornada de Prevención de Enfermedad Renal en Comunidades Indígenas.
¿Cerveza o limón para los riñones?
Se cree que la cerveza puede ayudar en la eliminación de los cálculos renales, sin embargo, toda la hidratación que aporta esta bebida por su cantidad de agua se pierde por el volumen de alcohol. Un mejor efecto tiene el consumo de limonada, que tiene además citrato, un inhibidor de la cristalización de sales de calcio.