La mente enferma y también cura. En cada persona está entender sus dolencias para transformar su vida y encontrar el equilibrio mental y físico.
ASESOR
José Gerardo Albán, médico cirujano, adscrito a Coomeva Medicina Prepagada
José Gerardo Albán es médico egresado de la Universidad de Caldas, realizó estudios avanzados en medicina basada en la evidencia y medicinas alternativas, así como de diferentes técnicas de sanación con las manos, buscando tener más herramientas para ayudar a sus pacientes en el proceso de curación. Hace 15 años conoció directamente de su cocreador, John Grinder, que con la Programación Neurolingüística podía controlarse el poder de la mente inconsciente. Posteriormente, la Psiconeuroinmunoendocrinología (la unión de cinco ciencias: psicología, psiquiatría, neurología, inmunología y endocrinología), le permitió conocer cuál es el origen de las enfermedades desde el punto de vista fisiológico: cómo la mente nos enferma y el increíble potencial de curación que posee.
¿Cómo nació su interés por la psiconeuroinmunoendocrinología?
“Hace unos 15 años conocí la programación neurolinguística y entendí cómo puede controlarse la mente. Fue cuando comprendí que podía enseñarles a los pacientes que podían programarse. Así conocí la psiconeuroinmunoendocrinología que enseña cómo la mente enferma y también cura. Cualquier persona puede sanarse de una enfermedad si tiene a menudo pensamientos positivos, felices y manifestaciones de alegría”.
¿Podría explicar un poco más la relación entre ambas disciplinas?
“La psiconeuroinmunoendocrinología enseña que cada pensamiento genera un cambio molecular en el organismo y este a su vez produce la liberación de sustancias internas llamadas hormonas y neurotransmisores que van a producir un efecto en el cuerpo —llámese salud o enfermedad dependiendo del tipo de pensamientos—. La Programación Neurolinguística (PNIE), va en esta misma línea”.
¿Cómo explicar que la mente tiene el poder sobre nuestras acciones?
“Cuando las personas se estresan o deprimen liberan cortisol, y se eleva la presión arterial, los niveles de azúcar, incide en la obesidad, produce acné, osteoporosis, gastritis; y a nivel mental se genera oscuridad, tornando a la persona negativa. En conclusión, baja las defensas y facilita la entrada del virus y bacterias. Así que las personas deben dejar de producir sustancias negativas, que son las que se enferman y generar las positivas que son las que curan como alegría, felicidad, amor y bienestar consigo mismo”.
Según esta óptica, no debería existir la enfermedad porque todo está en la mente, ¿es eso correcto?
“La Organización Mundial de la Salud explica que el 85% de las enfermedades son psicosomáticas, es decir que tienen origen en la mente. Nada ocurre en el cuerpo de una persona sin que la mente haya dado la instrucción de que eso ocurra. Se trata de que cada persona haga consciencia de la forma en que está mandando información a su cuerpo”.
¿Cómo puede un paciente con un dolor crónico aprovechar estas técnicas?
“Desde los años 70, época en que el cirujano Ángel Escudero se graduó en esta profesión, nunca ha usado anestesia en sus intervenciones quirúrgicas, pues entiende que el dolor está en la mente y no en el cuerpo físico, ayudando a sus pacientes a asumir el control de este”.
Un común denominador actual es la falta de tiempo. Si usted fuera a privilegiar la técnica más importante de las que promueve, ¿cual sería y por qué?
“El médico internista Herbert Benson, de la Universidad de Harvard, encontró que el origen de la enfermedad estaba en la mente, por esto creó el Instituto de Medicina Mente Cuerpo de dicho centro educativo, que pretendía enseñar a las personas cómo controlar la mente mediante la respiración. Luego apareció Carl Simonton, médico oncólogo de E.U., para ayudar a sus pacientes con cáncer a que visualizaran su sanación, mostrándoles que esta va destruyendo el cáncer en la medida que la persona imagina que sus células de defensa , llamadas natural killers, aumentan y atacan las células malignas”.
Estar en un mundo en el que todo es positivo, (porque la mente no entiende la palabra No) no es crear una falsa idea de la vida. ¿El ser humano no tiene tanto de dolor como de alegría?
“Cuando una persona se enoja la reconocemos, porque se transfigura, frunce el ceño, tiembla y respira más rápido, pero el enojo está en la mente y lo representamos en el cuerpo por sustancias químicas que ordena el cerebro. Lo mismo pasa con las emociones de rabia, estrés, culpa, vergüenza y odio. Estas generan sustancias químicas que actúan en el cuerpo y que nos enferman si tenemos una farmacia interior negativa y nos sanan si tenemos una farmacia interior positiva”.
Usted habla de que el cáncer es bueno, ¿qué quiere decir esto?
“El médico oncólogo alemán, Geerd Hamer, viene tratando pacientes de cáncer terminal haciéndoles entender que el cáncer es bueno, una oportunidad para que la persona reflexione y analice los aspectos mentales y emocionales que intervienen en su vida, en busca de detectar aquellos hábitos negativos que podría cambiar para atraer la sanación física. No se trata de dejar de lado el tratamiento tradicional, los medicamentos ni los controles médicos, sino de descubrir que la alimentación balanceada y el ejercicio, sumados a aspectos como la unión familiar, las buenas relaciones sociales, el disfrute y el agradecimiento alimentan la esperanza de ganarle la batalla al cáncer”.
¿De qué debe liberarse la mente, en ese orden de ideas, para dejar de sufrir?
“Solo dos cosas nos hacen sufrir: el pasado y el futuro, y por andar pensando en un pasado que no existe nos llenamos de rabia, odio, culpa, vergüenza y cargamos con un peso que ya no existe, pero nos enferma. Y es peor aún, cuando por estar pensando en el pasado nos imaginamos un futuro difícil, llenándonos de ansiedad, angustia, estrés y pánico. Hay que entender que tenemos el mismo poder de imaginar y de crear lo mejor. Es una decisión de cada uno ser feliz”.
¿A cuántos pasos está una persona de cambiar su vida?
“Realmente es muy fácil, lo único que necesita es tomar la decisión de cambiar su vida y creer que lo puede lograr” •
Desde los años 70 el mundo científico comenzó a relacionar los trastornos de la salud física con las emociones de las personas.
La medicina: emociones positivas
- La mente inconsciente gobierna el 95% de nuestra vida. Funcionamos en automático, pero podemos programar esa mente inconsciente a través de lo que hablamos y pensamos, por lo tanto todos los pensamientos y palabras deberían ser positivas.
- Así como liberamos una farmacia interior que nos enferma con sustancias como el cortisol, podemos sacar sustancias positivas que contrarrestan sus efectos como la dopamina, serotonina y endorfinas. Estas salen de manera natural con una sonrisa.
- Visualizarnos como un nuevo ser lleno de energía, salud y amor, y, por lo menos, tres veces al día respirar durante 5 minutos mientras se da la oportunidad de sentirlo en su cuerpo. El último pensamiento del día de una persona debe ser: “soy un ser sano”.
3 veces al día, 5 minutos, dedíquelos a pensar que el órgano del cuerpo adolorido se está sanando. Esto si está enfermo, en alguna crisis o adolorido.