El Instituto Biológico de la Salud explica que los cambios térmicos, en general, son especialmente indicados para estimular el sistema inmunológico.
Indica que las duchas de agua fría son estimulantes y recomendables para personas con problemas de circulación, mientras que las de agua caliente son sugeridas para antes de acostarse o como método de relajación, así como para individuos que tienen problemas para conciliar el sueño.
El Instituto lista algunos beneficios que traen el bañarse con agua fría:
- Fortalece el sistema inmunológico. Mejora la respuesta inmune porque el cuerpo, al tratar de calentarse, reacciona liberando más glóbulos blancos, células encargadas de proteger al organismo de infecciones, así como eliminar bacterias, virus y desechos de los tejidos.
- Previene la depresión. El baño frío activa el sistema nervioso simpático y aumenta el nivel de noradrenalina en el cerebro, neurotransmisor relacionado con la motivación y el estado de alerta, explica un estudio de la Universidad de Virginia, Estados Unidos.
- Favorece la pérdida de peso corporal. Cuando el cuerpo se somete a temperaturas frías comienza a producir más energía para aumentarla, proceso que favorece la pérdida de grasa.
- Mejora el rendimiento físico. Un estudio de The Journal of Clinical Investigation afirma que sumergirse en agua fría favorece la recuperación, después de hacer ejercicio de alta intensidad.
- Estimula la respiración. Si alguien ha tenido la oportunidad de disfrutar de un baño con agua fría habrá notado que no solo el corazón comienza a latir más rápido, también da una fuerte exhalación. Esta acción ayuda a abrir los pulmones, oxigenar más el cuerpo y sentirse con más energía.