Los rayos de sol estimulan las defensas, alivian dolores y mejoran el ánimo. Sin embargo, la dosis debe ser controlada para evitar riesgos y aprovechar realmente sus propiedades.
ASESORA
DUBBY CHARRIS ALVARADO
Dermatóloga, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada
La radiación solar le otorga grandes beneficios a la salud del ser humano. Los baños de sol, también conocidos como helioterapia, integran un tratamiento que regula la secreción hormonal, estimula la circulación sanguínea e inhibe el desarrollo de los gérmenes.
En dosis pequeñas y moderadas, con una duración promedio de diez minutos, los rayos ultravioleta le brindan diferentes beneficios al cuerpo humano. Si no se controlan, se pueden presentar consecuencias negativas como cáncer de piel o envejecimiento prematuro.
“Los baños de sol se utilizan desde hace muchos años para mejorar la salud de las personas. No significa acostarse todo el día bajo el sol. Se trata de aprovechar realmente sus propiedades”, señala la dermatóloga Dubby Charris Alvarado.
Esta terapia puede realizarse en cualquier lugar, preferiblemente durante días de clima templado y seco. Se debe usar protector solar, en caso de que la radiación sea muy fuerte.
Los baños de sol se pueden tomar a cualquier edad. Para las personas de la tercera edad, los beneficios son mayores, pues vigorizan el cuerpo humano, estimulan los mecanismos de defensa y mejoran notablemente las alteraciones circulatorias.
Para las mujeres en embarazo, esta terapia también es muy productiva, pues le aporta diversas vitaminas, entre ellas la D, que ayuda a regular la fijación del calcio y fósforo en el feto, vitales para la formación de sus huesos.
“Este tratamiento mejora la salud y calidad de vida de las personas, pero no se debe desarrollar entre las 11 de la mañana y las 2 de la tarde” aclara Dubbis Charris Alvarado.
Principales beneficios del sol
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Previene enfermedades renales y urinarias
Al activar la circulación de la sangre, el sol mejora el funcionamiento de los riñones y favorece la eliminación de líquidos. Mediante la intervención sobre la asimilación de los minerales, los rayos solares pueden prevenir la reaparición de cálculos.
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Tiene acción antibacterial
Bajo la acción de las radiaciones ultravioleta muchas bacterias pierden la capacidad de reproducirse, reducen su vitalidad y mueren. Cuando nos exponemos al sol, esta acción antibacterial se produce directamente sobre la piel. Por otra parte, existe un efecto antibiótico indirecto porque la luz solar aumenta la cantidad de células inmunitarias en la sangre.
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Es antidepresivo
La luz del sol resulta imprescindible en la regulación de la secreción de hormonas y neurotransmisores. Por eso, cuando escasea se multiplican las probabilidades de sufrir depresión, e incluso, pueden producirse desórdenes del estado de ánimo.
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También antiinflamatorio
El sol estimula la circulación sanguínea y las terminaciones nerviosas de la piel, lo que produce un efecto analgésico. Los dolores musculares, debidos a contracturas o contusiones, y las inflamaciones superficiales pueden ser aliviadas gracias a la helioterapia.
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Combate las afecciones de la piel
La helioterapia podría tener beneficios sobre ciertas clases de acné e impurezas de la piel. En otras enfermedades más complejas, como el eccema, la psoriasis o las heridas que no cicatrizan, está indicada como tratamiento complementario con control médico.