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Escudo para dientes sanos

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Una buena alimentación durante el período de gestación y en los primeros años de vida es la base de la salud oral futura de los más pequeños.

Asesor:  Juan López Artehaga – Odontólogo
Especialista en Estética y Rehabilitación Oral.

No es gratuito que a los primeros dientes que emergen en la boca de los bebés se les nombre como los “dientes de leche”, pues el calcio, que predomina en este alimento es esencial para que la sonrisa se fortalezca cuando comienza el ciclo de la vida y se abona el camino a la dentadura permanente.

“Los alimentos que fortalecen los dientes actúan en el momento de la formación de los mismos, por lo tanto, una buena alimentación materna garantiza, en la mayoría de los casos, unos dientes de leche fuertes”, explica Juan López Artehaga, odontólogo especialista en Estética y Rehabilitación Oral.

En línea con lo que detalla el experto, el IV Estudio Nacional de Salud Bucal del Ministerio de Salud, señala que además de nutrir y generar defensas en el bebé, la leche materna contribuye al adecuado desarrollo de los músculos, huesos y tejidos que forman la cara, la boca y el sistema craneofacial. Por eso, recomienda que la lactancia sea exclusiva durante los primeros seis meses.

Después, cuando es hora de la alimentación complementaria, todo lo que ingiere el niño incide en el desarrollo de su dentadura; así que es necesario acostumbrarlos a tomar alimentos sólidos que estimulen la salida de los dientes temporales. “Incluso frutas enteras u hortalizas (manzanas enteras o trozos grandes de zanahoria, por ejemplo)”, se detalla en las guías del Minsalud.

En la infancia

Los dientes de leche terminan de salir, en promedio, cuando los pequeños cumplen los tres años. Durante este tiempo y hasta que empiezan a aparecer los permanentes, la alimentación saludable sigue siendo una prioridad para el fortalecimiento de los dientes.

“Una alimentación adecuada contribuye a la reparación y a la resistencia de los tejidos dentales y de soporte (encías), y funciona para detener al ataque diario de las sustancias que pueden perjudicarlos”, explica el especialista.

En ese período, la ingesta de lácteos, así como de frutas y verduras, es importante porque estos alimentos contienen vitaminas y minerales que crean sonrisas sanas y resistentes. “El calcio, que es uno de los más importantes, lo encontramos en los lácteos, pescados (salmón y sardinas) y en las verduras verdes (brócoli y espinaca)”, precisa López Artehaga.

Frutas y verduras

En general, el consumo de frutas y verduras contribuye a que los dientes se man- tengan sanos durante todas las etapas del ciclo de vida. La OMS recomienda, para la buena salud, que incluye la bucal, una ingesta de cinco porciones de estos alimentos al día, combinados con una dieta equilibrada de proteína, granos, cereales, grasas y azúcares.

El experto precisa que el consumo de agua también influye en unos dientes sanos. “El agua hidrata los dientes y estimula la formación de saliva —la disminución importante de saliva aumenta la ocurrencia de caries—”.

De igual forma, recomienda alimentos que favorecen las encías, como la vitamina C, que se encuentra en la naranja, el melón, el mango y la papaya, entre otras frutas.

Además de promover en casa el consumo de alimentos para fortalecer y cuidar la sonrisa, es necesario que los padres enseñen a los pequeños los hábitos mínimos de higiene oral: cepillado y uso de la seda dental, así como la visita al odontólogo dos veces al año •

Hábitos dañinos

Existen comidas que perjudican la salud bucal, sobre todo las altas en azúcares, almidones y grasas. “Todos los alimentos en exceso y la falta de una adecuada higiene oral generan caries o favorecer el acúmulo de placa. El excesivo consumo de cítricos puede desmineralizar el esmalte y hacerlo susceptible. El masticar hielo o alimentos duros, puede lastimar las encías o fracturar los dientes”, asegura

López Artehaga. El abuso en el consumo de café, el té o bebidas con colorantes (como gaseosas; vinos rojos y rosados) incide en la pigmentación de la dentadura. “El principal cuidado para evitar las manchas es la limpieza adecuada con cepillo y seda dental luego de consumirlos y asistir a limpiezas profundas periódicas (cada seis meses) con el odontólogo”, dice el especialista.

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