Si piensa que los abuelos o los papás son los únicos que pueden padecer fuertes dolores y otras molestias en las articulaciones, los más jóvenes de la casa también pueden verse afectados por la artritis.
La llamada artritis juvenil afecta principalmente a los menores de 16 años. Según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel se debe a un trastorno en el que el sistema inmunitario —que normalmente le sirve al cuerpo para combatir infecciones— ataca los tejidos sanos del cuerpo. La Fundación para el estudio de la Artritis, con sede en Atlanta, Estados Unidos, indica en su sitio web que: “La palabra artritis significa inflamación de las articulaciones. Esta inflamación causa dolor, rigidez, hinchazón y disminución de la movilidad”.
No existe una manera sencilla de detectar si un niño o joven tiene artritis. La sospecha a partir de la inflamación constante de las articulaciones, los salpullidos inexplicables y la fiebre, son los principales indicadores que permitirán que los padres de familia lleven a sus hijos al especialista para que identifiquen qué tipo de artritis. Es importante el diagnóstico temprano, como asegura el sitio en español de la FundaciónparalaArtritis con el fin de reducir el daño en las articulaciones.
Viviendo con ella
Quienes padecen de artritis aprenden a convivir con la inflamación de las articulaciones son dolor, sensibilidad al tacto y la piel enrojecida. El portal MedlinePlus explica que los síntomas pueden aparecer y desaparecer. Hay distintas terapias que permiten que el pequeño no tenga cambios drásticos en su estilo de vida y no se vea limitado para realizar actividades escolares. Es importante que el tratamiento se realice a partir de un equipo multidisciplinario en el que haya un reumatólogo pediátrico, fisioterapeuta y sicólogos, entre otros especialistas con el fin de garantizar la calidad de vida.