Llegan las vacaciones y con estas muchos optan por destinos de playa o sol para desconectarse de la rutina de la ciudad, pero así como este tiempo puede ser reparador, también puede terminar afectando nuestra piel.
Lograr ese tono de piel que se sueña en verano es motivo de alegría para muchas personas, pero la verdad es que este puede resultar siendo riesgoso para la salud. No solo hablamos de manchas, resequedad o envejecimiento temprano. El cáncer de piel, cada vez más frecuente, es otra de las consecuencias de la exposición inadecuada al sol. Según la Organización Mundial de la Salud – OMS-, en el año 2000 hubo 65.000 muertes a nivel mundial a causa del melanoma maligno, la forma más mortal de cáncer en la piel.
Por eso es importante tener en cuenta estos consejos que nos permitirán disfrutar al máximo del sol sin perjudicar nuestra piel:
- Prepare la piel para recibir el sol de la mejor forma, lavándola suavemente e hidratándola tanto los días previos como aquellos en los que directamente estará expuesta.
- Use la ropa adecuada. Las prendas de vestir holgadas que cubren la mayor parte del cuerpo nos permiten mantenernos frescos y a la vez protegidos. Los sombreros de ala ancha y las gafas con un índice de protección alto son fundamentales para que nuestro cuerpo no reciba más sol del necesario
- Evite la exposición solar en las horas centrales del día (entre las 10:00 a.m. y 3:00 p.m.) Busque la sombra durante estos periodos de tiempo.
- No solo nuestra cara necesita protector solar. El cuerpo en general también debe protegerse con un antisolar y no con cualquiera: lo ideal es que sea uno que tenga como mínimo un factor de protección solar (FPS) de 30 y que proteja contra los rayos UVB que son los principales responsables de las quemaduras del sol y los UVA, entre los que se encuentran luces artificiales como las de los computadores, televisores y bombillos incandescentes, que penetran de manera más profunda en la piel siendo los causantes a mediano plazo de la formación de arrugas y el envejecimiento temprano.
- Lo más óptimo durante la temporada de vacaciones es usar bloqueadores a prueba de agua para que resistan las diferentes acciones a las que estaremos expuestos, sea mar, piscinas o actividades que pueden hacernos sudar más de lo normal. Estos protectores deben aplicarse varias veces al día, pues su efecto no es prolongado.
- Finalmente, después del sol es clave velar por la recuperación de la piel afectada por la exposición al sol y las agresiones provocadas por la sal del mar o el cloro de las piscinas. Para esto, los alimentos, cremas y aceites con antioxidantes cumplen una importante función reparadora.