Evitar ciertos alimentos y optar por otros hace parte del enfoque de los tratamientos para enfrentar enfermedades crónicas como la artritis reumatoidea y el síndrome de fibromialgia.
En la revista Clinical and Experimental Rheumatology, investigadores italianos, encontraron que la deficiencia de nutrientes en algunos de estos pacientes podrían exacerbar síntomas asociados a esta última condición, entre ellos, fatiga, insomnio o dolor.
Los hallazgos también se refieren a eliminar un tipo de sustancias químicas conocidas como excitotoxinas, encargadas de aumentar el sabor en alimentos ultraprocesados. Entre los más conocidos están el glutamato monosódico (GMS) que resulta ser adictivos y neurotóxico aunque la Food and Drug Administration en Estados Unidos, indica que en términos generales, su uso es reconocido como seguro, excepto para grupos de personas que presentan sensibilidad a la sustancia.
Entre los hábitos que se pueden incluir en la dieta diaria y que pueden beneficiar a los pacientes con esta condición están los siguientes:
- Procurar una dieta basada en plantas. Comer más frutas y vegetales pueden aportar sustancias como antioxidantes y componentes antiinflamatorios que ayuden a paliar los síntomas.
- Incrementar el consumo de Omega-3. Presente en pescados grasos o azules (con más grasa en los músculos); nueces y semillas. Si no le gusta el pescado puede optar por suplementarse, pero acuda a un especialista.
- Utilice las especias como un aliado para condimentar. Además resultan tener un efecto antiinflamantorio como curcuma, pimienta roja, jengibre, curry, anís, hinojo, orégano y ajo.
- Limite el consumo de azúcar. Especialmente las que provienen de carbohidratos refinados. No es solo cortar con los postres o el pan blanco, también puede estar oculto en vinagretas para ensalada por ejemplo.
Cada organismo es diferente, por lo que llevar un diario de alimentos puede ayudar a identificar su propia sensibilidad a los alimentos.
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