La anemia por deficiencia de hierro, la más común en la población, puede asociarse a la no absorción de este mineral en la digestión, a sangrados crónicos o a su ausencia en la dieta.
Asesora
Ángela María Cabal Pérez, Nutricionista – dietista, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada
18 mg de hierro es la recomendación promedio de consumo diario en mujeres de 19 a 50 años de edad.
Fundamental en la dieta
El hierro es un mineral fundamental para la formación de los glóbulos rojos, los encargados de proveer oxígeno a los tejidos del cuerpo. Su deficiencia leve puede pasar desapercibida y su aumento, causar síntomas como debilidad, cansancio, mareo, palidez, inapetencia, irritabilidad, desconcentración y pérdida de memoria, lo que afectaría el desempeño escolar y laboral.
Múltiples causas
El principal factor es el bajo consumo de alimentos ricos en este mineral. Añadir jugo de limón a ensaladas, mezclar alimentos y usar polvo de moringa en bebidas (con precaución), son estrategias para aumentar su biodisponibilidad. También puede originarse por sangrados causados por cáncer o ciertos medicamentos. Los trastornos del sistema digestivo, como la enfermedad celiaca y de Crohn, afectan su absorción.
6 meses de nacido hasta los 5 años es una etapa vulnerable para padecer anemia. las mujeres gestantes y lactantes, también están expuestas.
TENGA EN CUENTA
El hierro de origen animal (hem) se obtiene de alimentos como carnes rojas, hígado y vísceras, pollo, pavo, pescado y mariscos.
El de origen vegetal (no hem) está en los granos secos como frijol, huevo y verduras de hojas verdes. Son absorbidos por el cuerpo en menor proporción.
Lo ideal es combinar carnes con verduras, con granos o cereales y acompañar con jugos de frutas cítricas en agua (fuente de vitamina C).