Las llamadas ulceraciones, llagas o aftas por lo general provocan molestias al hablar o comer y tienen múltiples causas. Lo fundamental es una buena salud oral para evitar complicaciones.
Aseso:r José Iván Ochoa,
Odontólogo, adscrito a Coomeva Medicina Prepagada
Este tipo de heridas se presentan por varias razones. Lo más común es que haya algún tipo de trauma al masticar determinados alimentos o también por el uso de aparatos de ortodoncia. Otras causas son las enfermedades de tipo sistémico como diabetes mellitus, hipotiroidismo o enfermedades autoinmunes que disminuyen la lubricación de la mucosa oral.
También pueden aparecer en personas inmunosuprimidas: “Por ejemplo, aquellas sometidas a tratamientos con quimioterapia o radioterapia, que pueden presentar alteraciones en su sistema inmune, lo que predispone un aumento de la carga de bacteriana, que ataca los diversos tejidos de la boca”, detalla el odontólogo José Iván Ochoa.
Los cuidados y la buena higiene oral son fundamentales para evitar la aparición de llagas. Una persona con una higiene deficiente, que no se cepilla los dientes y no usa la seda dental de forma adecuada, tiene mayor predisposición a sufrir estos problemas porque, según el especialista, “cambia la flora microbiana dentro de la boca”. Además, los restos alimenticios influyen negativamente en la cavidad oral.
Si no se cuidan de la forma correcta y se suma una mala higiene oral, podrían evolucionar hacia lesiones más graves como úlceras o abscesos que incluso afectarían otros órganos vecinos. De acuerdo con el odontólogo Ochoa, es posible que estas indiquen un daño mayor al observado superficialmente. “Un ejemplo es la sobreinfección de estas lesiones que podrían afectar órganos vecinos como los ojos y el cerebro. También son importantes porque estas úlceras podrían ser el inicio de una lesión maligna”.
Signos de alerta
La cavidad oral tiene una capacidad de recuperación muy grande debido a que cicatriza rápidamente. Por eso, estas úlceras deben desaparecer después de ocho o diez días. Sobre esto el especialista advierte que “si permanece en el tiempo a pesar de tratamientos conservadores como enjuagues bucales, limpieza, medicamentos, debe ser revisada por un especialista para analizar y definir si esa lesión podría corresponder a una manifestación de una enfermedad sistémica o de tipo maligno. En estos casos el terapeuta solicita la toma de una biopsia. Esto es común porque muchas personas no le prestan la debida atención a estas heridas, que al no cicatrizar pueden ocasionar daños severos para el paciente”.
Si las encías o el paladar presentan síntomas como sangrado, pus o materia; halitosis (mal aliento) o mal sabor, son indicadores de que algo no está bien con las heridas. “Estas podrían ser asintomáticas o sintomáticas, como por ejemplo cuando producen dolor al comer o al hablar. Igualmente son signos de alarma cuando aumentan de tamaño o cambian de color”, explica el especialista.
El odontólogo Ochoa es claro en aseverar que lo más importante es una buena higiene oral, pues con los cuidados básicos las llagas mejoran, pero también menciona unas alternativas domésticas para tratar estos casos: “enjuagues caseros como el agua con bicarbonato que ayuda a cambiar el pH de la cavidad oral mejorando la cicatrización”.
Otras alternativas naturales son aquellos enjuagues a base de plantas, como la caléndula, que acelera la cicatrización de estos tejidos. No obstante, lo más acertado es revisar la evolución de las heridas y si no mejoran con las técnicas caseras, se debe consultar con un especialista para evitar que la lesión avance y provoque un daño severo para la salud.
El cuidado especializado
A propósito del Día del Higienista Dental, que se celebra el 17 de junio, es necesario recordar la importancia del cuidado bucodental por parte de un especialista. De acuerdo con la Asociación Dental Americana (ADA), la boca es el reflejo de la salud del cuerpo y por eso esta puede indicar problemas nutricionales o infecciones.
Los cuidados básicos como el cepillado de dientes tres veces al día, el uso adecuado de la seda dental y los enjuagues bucales son esenciales, pero el manejo profiláctico y las consultas rutinarias cada 6 o 12 meses, también son indispensables para una buena salud oral.