Los medicamentos, la dosis y la frecuencia con la que van a ser tomados deben ser prescritos por un médico.
Asesor: Mario Roberto Santamaría Sandoval, Médico cirujano, adscrito a Coomeva Medicina Prepagada
Es nuestro país es una práctica habitual la automedicación. Así, cuando las personas se enferman acostumbran tomar los medicamentos que les sugieren el vecino, el amigo, la abuelita, el vendedor de una farmacia o consultan en Google, en vez de ir al médico. Piensan que de esta manera ahorran tiempo y dinero, sin considerar que cada organismo es diferente y que lo que le puede servir a una persona puede no ser conveniente, e incluso perjudicial, para otra. “El 90% de las personas que van a una consulta médica de urgencias ya se ha automedicado y el 99% de ellas, lo esconden”, indica el médico cirujano Mario Roberto Santamaría Sandoval.
No obstante, es importante acudir al médico porque él examina, evalúa al paciente y en el momento de recetar, tiene en cuenta los síntomas, la dosis que necesita el enfermo según su peso y la frecuencia con la que se va a tomar el medicamento.
Efectos nocivos
Los medicamentos que más se autoprescriben son los antibióticos y los analgésicos. Los primeros sirven para eliminar la fiebre, sudoración y el malestar general, producidos por invasores de tipo bacteriano y las personas los usan mucho para otras causas como los virus o como antiinflamatorio y para esto no sirven; los segundos, se usan para controlar el dolor.
Los antibióticos que más se automedican son: ampicilina y cefaxilina, y los analgésicos que más se autoprescriben son: aspirina, acetaminofén, ibuprofeno y naproxeno.
Los efectos de la automedicación con antibióticos son la intolerancia al fármaco, ardor en el estómago, dolor abdominal, molestias urinarias y digestivas, erupciones o brotes en la piel, intoxicación y vómitos. La autoprescripción con analgésicos causa los mismos efectos que los antibióticos y además, produce daños en los riñones y el hígado.