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Cero humo, un propósito que sí es posible

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La epidemia mundial del tabaquismo mata cada año a casi 6 millones de personas, de las cuales más de 600.000 son no fumadores que mueren por respirar humo ajeno. Si no actuamos, la epidemia matará a más de 8 millones de personas al año de aquí a 2030, de acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En el Día Mundial Sin Tabaco, que se celebra en todo el mundo este domingo 31 de mayo, se pretende generar conciencia alrededor de este tema.

¿Afecta el humo de tabaco a los no fumadores?

En el humo de tabaco hay unos 4.000 productos químicos conocidos, de los cuales se sabe que, como mínimo, 250 son nocivos, y más de 50 cancerígenos para el ser humano. El humo de tabaco en espacios cerrados es inhalado por todos; por lo tanto, tanto fumadores como no fumadores quedan expuestos a sus efectos nocivos.

El tabaquismo pasivo es causa de graves enfermedades cardiovasculares y respiratorias, entre ellas la cardiopatía coronaria y el cáncer de pulmón, en el adulto.

No existe una cantidad sana de inhalación pasiva. Las mujeres embarazadas, las personas mayores y las personas con problemas respiratorios o cardíacos deben tener especial cuidado. Así mismo, los niños pequeños necesitan mayor protección. Se ha establecido una relación entre la exposición del humo de tabaco en el medio ambiente y el Síndrome de Muerte Súbita de Infantes (SIDS).

Por ello, no basta con retirarse a otra habitación, poner un ventilador o abrir una ventana, es preciso, hacer que el ambiente de su hogar y de su automóvil se mantenga libre de humo. No fume delante de sus niños y evite que las personas que cuidan a sus pequeños lo hagan.

El uso de cualquier producto derivado del tabaco tiene efectos tanto inmediatos como a largo plazo en la salud y en el bienestar general. El tabaco sin humo mancha y desgasta los dientes, hace que las encías se retraigan (se despeguen) y produce llagas en la boca. El mal aliento también es un problema común. Con el tiempo, el uso del tabaco sin humo puede provocar cáncer de boca. La nicotina del tabaco sin humo también aumenta la presión arterial y los niveles de colesterol, y puede aumentar su riesgo de tener un ataque cardíaco.

¿Es posible dejar de fumar?

Sí. Hay muchas historias que lo confirman. Para dejar de fumar, se aconseja fijar una fecha y respetarla. Es preciso buscar una red de soporte, entre familiares y amigos,  para tratar de cumplir el compromiso. Busque apoyo en su médico familiar y encuentre razones para hacerlo, además de su salud, como puede ser ahorrar dinero o mejorar la convivencia con familiares que no tienen el hábito. Reducir el consumo de tabaco es salvar vidas.

 

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