La elección del tipo de parto no debe tomarse a la ligera, ni es una determinación que pueda asumirse por una tendencia.
Asesor Arturo Cardona Ospina, ginecobstetra y fetólogo
El tema es trascendental. Una decisión que depende de cada caso y del análisis de las condiciones; a la que se llega después de un diálogo entre familia y médicos, de informarse adecuadamente y de los resultados de los estudios que se practiquen durante el embarazo, sobre todo, es una decisión que se toma con una certeza: buscar lo mejor para la madre y su bebé.
Según declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre tasas de cesárea, presentada en 2015, estos procedimientos son eficaces para salvar la vida de las madres y los neonatos solamente cuando son necesarios por motivos médicos. “Durante 30 años, los profesionales de la salud de todo el mundo han considerado que la tasa ideal de cesárea debe oscilar entre el 10% y el 15%”. Sin embargo, registra la OMS que, a pesar de ello, son cada vez más frecuentes, tanto en países desarrollados como en desarrollo.
Para el nacimiento, opina el ginecobstetra y fetólogo Arturo Cardona Ospina, la mejor vía es la vaginal. Considera que falta mucha labor educativa para que las personas conozcan cuáles son las bondades y los riesgos de los diferentes tipos de parto. “De esta manera, en el momento en que la paciente está enfrentada a la determinación, en conjunto, ellos y nosotros, podemos tomar decisiones con respecto a cuál es la mejor vía en su caso”.
En este sentido, realizar adecuados controles prenatales es vital. “No es lo mismo que una mujer llegue a un servicio a tener a su bebé y durante el embarazo le hayan enseñado sobre los dos partos, a cuando decide por lo que ha escuchado o leído en internet”, explica el doctor Cardona Ospina, asesor de la OMS/OPS en morbimortalidad perinatal.
Más elementos
El recién nacido que llega al mundo por vía vaginal, expone el ginecobstetra, sufre menos de enfermedades respiratorias e infecciosas y de trastornos hemorrágicos cerebrales. Esto se da porque en el proceso del trabajo de parto, durante un período de tiempo importante, el bebé está en contacto con bacterias que normalmente existen en el canal del parto y “cuando el bebé se expone a estas sustancias, su sistema inmunológico hace que se produzcan otras de defensa, que le ayudan mucho en esos primeros meses de vida”.
También, en este tipo de parto, la paciente tiene menos probabilidad de sufrir hemorragia después del nacimiento. “La paciente tiene una recuperación más rápida. Algunos estudios han demostrado, incluso, que la lactancia es más fácil: se adhiere mejor si tiene un parto vía vaginal”.
Ajustado al criterio
Hay condiciones del feto que harán tomar la decisión de realizar una cesárea como que el bebé tenga la cabeza hacia arriba y su nalga hacia abajo, lo que se llama la presentación podálica; si el feto tiene un peso aproximado, por ecografía, mayor a 4 mil gramos; y si hay algunas enfermedades del crecimiento fetal, claro que “no todos los bebés que están creciendo poquito o que tienen bajo peso van a nacer por cesárea. Es importante entender que cuando un bebé tiene bajo peso, dependiendo de su ecografía doppler, es que se toma la decisión de cesárea o vía vaginal”, indica el especialista.
Cuando la paciente ya ha tenido dos cesáreas previas, un tercer nacimiento tendrá que ser de esta misma manera. “Hay otro tipo de condiciones que también, en nuestro medio, obligan a que se haga una cesárea y es el embarazo gemelar.
Y si se considera esta opción, la cesárea, se pueden mencionar como beneficio que no habría riesgo de algunas lesiones del canal vaginal, que son de baja probabilidad en el parto natural si son atendidas en un centro médico adecuado y en la forma correcta, precisa el especialista; y el que la madre no estaría expuesta a varias horas de trabajo de parto.
Eventualidades a considerar
Hay además imprevistos que hacen que los planes varíen y que un inicialmente estipulado parto natural se convierta en una cesárea. En el trabajo de parto puede ocurrir un estado fetal no tranquilizador o presentarse un desprendimiento prematuro de la placenta, que obligarían al médico a hacer un procedimiento quirúrgico. También puede suceder que el trabajo de parto no progrese y se deba operar a la paciente, en una cesárea que se denomina prioritaria.
“Las cesáreas se dan en casos específicos, pero hay algo real y es que la gente cuando tiene más recursos económicos pide de forma más rápida que sea una cesárea porque se tiene la creencia de que les va a ir mejor. Y eso hay que analizarlo muy bien”.
Entre los riesgos de la cesárea se encuentran, además, la infección de la herida. Arturo Cardona insiste en que hay que desmontar ciertas creencias como que es mejor acudir a la cesárea cuando la paciente es diabética, sufre de presión arterial elevada o tiene una enfermedad cardíaca. “Mientras una paciente experimente más enfermedades o factores de riesgo, es mejor que tenga parto vía vaginal, porque la cesárea también es una enfermedad que le estamos adicionando, una herida que le estamos adicionando, entonces, la paciente tiene que ‘gastar’ sus sistemas inmunológico, de coagulación, de cicatrización, y su energía, también, en una herida que le estamos produciendo”.
Recuperar el parto vaginal, asegura el médico, es una tendencia mundial y la enseñanza que quiere difundirse hoy en la sociedad. Y siempre decidir a consciencia, pensando en madres y bebés más saludables •
10%a 15% por ciento es la tasa ideal de cesáreas que debería darse en el mundo, según OMS.
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