El desgaste, cambio de color y el aspecto del esmalte pueden ocurrir por malos hábitos.
ASESORA
Margarita Rosa Polanco
Odontóloga, adscrita a Coomeva Medicina Prepagada
Nuestros dientes cuando nacen por primera vez, no erupcionan en su totalidad; hay una parte de ellos que queda incluida entre la encía y el hueso que los sostiene y se van exponiendo a medida que se realiza un desgaste natural de los dientes por la función masticatoria. Por ejemplo, en los niños de 6 años cuyos dientes anteriores (delanteros) han brotado recientemente es normal observar una irregularidad en los bordes de estos, parecida a ondas o sierras, que irán desapareciendo con el transcurso del tiempo.
Como una forma de compensación biológica al desgate natural, el tejido dental se expone poco a poco consecuente con el mismo, es por esto que en la tercera edad es común observar en los cuellos de los dientes (al borde de la encía) una zona de color amarillo opaco originada por calcificación del tejido dental en respuesta a la función y uso continuo.
Por fortuna, actualmente existen tratamientos y materiales conservadores del tejido dental como las resinas que pueden devolverle un aspecto natural a los dientes.
Con la edad llega el cambio de color de los dientes, estos se van oscureciendo al pasar de los años por la pérdida del esmalte dental y por el consumo de bebidas oscuras como son vino, chocolate, café, salsa soya, entre otras, que los pigmentan.
También en el esmalte del adulto mayor se pueden observar líneas verticales de microfracturas que pueden simular el aspecto de un vidrio sentido y que se forman debido a la pérdida de continuidad del tejido dental que puede ocurrir al someterlo a presiones excesivas y cambios térmicos extremos, como pasar de una pizza caliente a una coca cola helada.
Recomendaciones
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Es importante asistir donde el Odontólogo en forma regular y programar citas de control mínimo dos veces al año o en algunos casos con mayor frecuencia.
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Estar alerta a señales como sensibilidad, sangrado o cualquier situación fuera de lo normal. Puede indicar necesidad de
intervención profesional.
Buenos hábitos de higiene
Cepillarse los dientes todos los días con una pasta dental con fluoruro.
Elija un cepillo con filamentos suaves para evitar dañar el tejido con la presión del cepillado.
Limpiarse entre los dientes todos los días con hilo dental u otro producto similar.
Los hábitos deben ser para toda la vida.
Comer uñas o cueros (onicofagia)
El consumo constante de bebidas azucaradas.
Masticar chicle constantemente.
Acumulación de cálculo o placa que va retrayendo la encía
Resequedad oral por consumo de algún medicamento.
Hábito de consumir ácidos constantemente como el limón o vinagre.
Malas técnicas de cepillado que puedan causar retracción de las encías.
Usar los dientes como herramientas para abrir cosas, partir elementos como hilos, abrir
bolsas, etc.
Morder constantemente objetos como clavos, alfileres, pipa, tapas de lapiceros, lápices.
Hábitos que pueden desgastar el tejido dental: rechinamiento o apretamiento de dientes (bruxismo)