Las uñas frágiles, escamadas o quebradizas pueden responder a una condición específica de la persona o a alguna afección particular.
Es frecuente la consulta de personas con uñas con tendencia a abrirse en capas o a quebrarse ante pequeños traumatismos que no necesariamente responden a una complicación o problema grave, pero lo cierto es que para muchos esto representa un problema estético.
El uso de un medicamento específico, los casos de hongos, o incluso, enfermedades como la tiroides, pueden producir uñas quebradizas. Sin embargo, en la mayoría de los casos no hay una causa precisa que se pueda identificar.
En los casos en que se diagnostique una enfermedad o causa específica, esta deberá tratarse para recuperar la dureza y características normales de las uñas.
En general, para prevenir las uñas frágiles y quebradizas, se recomienda mantener las uñas limpias y cortas, usar una crema emoliente después de lavarlas y evitar el uso constante de esmalte de uñas aplicándolo no más de una vez por semana. La humedad y la sudoración pueden potenciar el debilitamiento de las uñas, por eso se recomienda también evitar la inmersión repetida de las manos en agua, el contacto con jabones u otros productos químicos, así como el uso de guantes que conserven el interior húmedo, prefiriendo mejor aquellos que tengan tejido interior.
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos recomienda consultar con un podólogo si se presenta alguna o varias de estas características en sus uñas:
- Una veta oscura en la uña nueva, o se observa que se está ensanchando
- Uñas azulada, deformes o torcidas
- Crestas horizontales
- Uñas pálidas
- Líneas blancas
- Color blanco por debajo de la uña
- Hoyuelos en las uñas
- Descamación en las uñas
- Dolor en las uñas