Es preciso estar atentos a los movimientos repetitivos y a las lesiones que afectan esta zona clave para el movimiento del brazo.
Asesor: Federico Muñoz
Ortopedista
Si en momentos de reposo o en las noches, al acostarse de lado en la cama, siente algún dolor en el hombro puede que esté sufriendo de una lesión en el manguito rotador, una zona que le da movilidad al brazo completo. Los síntomas pueden incluir debilidad, pérdida de movimiento al elevar el brazo sobre la cabeza, sensación de rigidez al alzar algo, e incluso puede volverse más difícil colocar el brazo por detrás de la espalda. Si se identifica con alguna de esas situaciones y no sufrió antes alguna caída o golpe que pudiese provocarlo, ¿qué debe hacer?
Federico Muñoz, ortopedista de Miembro Superior de la Clínica de Fracturas de Medellín, define al manguito rotador como un complejo de estructuras tendinosas que se ubican en el hombro y que son los responsables de desempeñar las funciones para garantizar movilidad, estabilidad y la rotación del mismo. Es una articulación clave porque le da movilidad del cuerpo.
Por trauma o sobreuso
De acuerdo con el especialista, las principales lesiones pueden darse por dos factores: porque la persona sufre una caída y se genera un traumatismo que ocasiona una luxación o dislocación en el hombro en la que se ven afectados los tendones, o por lesiones degenerativas, las cuales se dan por lo general en personas por encima de los 45 o 50 años de edad y son producto del envejecimiento. Tienen mucho que ver con la predisposición genética a padecerlo, o con el sobreuso y los movimientos que se hagan con el hombro de forma repetitiva.
Si existe un fenómeno de sobreuso, es decir, un movimiento repetitivo y exagerado de alguna parte del cuerpo, lo principal, dijo Muñoz, es evitar aquellas actividades que se hagan de forma continua con las manos por encima de la cabeza. “Lo vemos mucho en deportistas que entrenan con pesas, en personas que trabajan en techos o hasta en gente que está sacudiendo todo el tiempo con los brazos hacia arriba”, explica.
Evite que se vuelvan crónicos
Lo ideal es modular el exceso de movilidad de la extremidad. En los trabajos, hacer pausas activas, tener un adecuado balance muscular con estiramientos del hombro y evitar todo lo repetitivo sería lo que más puede mitigar el impacto o prevenirlo.
Para identificarlo, lo primero es notar un dolor o una molestia, ya sea en el hombro o en la cara lateral del brazo. Según detalla Muñoz, es un dolor que inicia de forma progresiva y se asocia con algunos movimientos que duelen más, además se suele acrecentar en las noches. A partir de ahí se recomienda la valoración del especialista para orientar el enfoque terapéutico. “Hay múltiples tratamientos, desde el ortopédico y manejo médico, hasta intervenciones quirúrgicas, según cada caso”, añade el médico.
Diagnóstico temprano
La recomendación es no tardar mucho en consultar. “Pasa con frecuencia que la persona aguanta mucho tiempo, incluso años con una molestia que no le parece muy significativa, se automedica para calmar el dolor y con eso cree estar bien”, sostiene Muñoz, aconsejando que si se consulta de forma temprana y se identifica con anterioridad, existen muchas herramientas para evitar que las lesiones se agraven. Además, explica que la mayoría de afecciones osteomusculares obedecen a problemas en el balance muscular. Para compensarlo se debe aprender y ser conscientes de estirar, fortalecer y hacer un uso adecuado del cuerpo.
En este sentido, puede ser clave también el acompañamiento de un fisioterapeuta que guíe a la persona sobre cuáles son las actividades o ejercicios que beneficien su salud articular. Por eso deben ser vigilados y supervisados con las recomendaciones que el especialista da según cada caso en particular.
Así fortalece sus hombros
Estos son algunos ejercicios que recomienda la Clínica Mayo para mantener en forma los músculos que conforman la articulación de rotación del hombro.
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Con el codo en un ángulo de 90 grados, coloque la palma de la mano sobre la superficie de una pared o el marco de una puerta. Luego, sostenga una toalla doblada entre su costado y el brazo. Mantenga la toalla en su lugar a medida que presiona la palma de la mano contra la puerta durante varios segundos.
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Sostenga la toalla en el lugar (debajo del brazo) y mueva el cuerpo de modo que quede parado al lado de la pared. Con el codo en un ángulo de 90 grados, haga presión contra la pared durante varios segundos. Haga el ejercicio 10 veces en cinco series y no olvide hacerlo de cada lado para balancear el cuerpo.