La elección de la vía del parto debe considerar razones médicas, más que gustos o temores de la gestante. La clave es estar bien informado antes de tomar la decisión.
Aunque el número de nacimientos en el país ha disminuido con los años, la tasa de cesárea es cada vez mayor. Sin embargo, la elección frecuente de este método es motivo de cuestionamiento para los entes de salud ya que, si bien el objetivo de la cesárea es disminuir la morbilidad materna y del bebé al momento del nacimiento, el procedimiento también implica riesgos a los que una madre que puede de dar a luz por vía vaginal no debería someterse.
La Federación Colombiana de Ginecología y Obstetricia, en consenso con la Federación Colombiana de Perinatología (Fecopen), explican que la cesárea debe ser “consecuencia de una decisión clínica basada en valores y condiciones individuales”.
Entonces, ¿cuándo optar por cesárea?
- Cuando el parto vaginal tiene complicaciones que ponen en riesgo a la madre o el niño, como partos prolongado o con anomalías.
- Cuando la gestante tiene problemas médicos o físicos como fallas cardíacas o estrechez de la pelvis que le impidan el esfuerzo que implica el parto natural.
- Cuando el bebé es demasiado grande o tiene malformaciones morfológicas.
- Cuando el bebé está en posiciones anormales, como sentado o atravesado.
- Cuando el profesional identifica un riesgo latente para la vida del bebé o la mamá.
Desventajas de la cesárea:
- Aumento en el sangrado y riesgo de hemorragias.
- Más probabilidades de infecciones intrahospitalarias.
- Movilidad reducida y recuperación lenta por el proceso de cicatrización, lo cual dificulta las tareas de atención al recién nacido.
- Mayor probabilidad de complicaciones en embarazos posteriores.
- Riesgo de lesiones cortantes sobre la piel del bebé.
- Riesgo de traumatismos graves durante la extracción del niño, como fracturas.
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