Si se presenta una lesión grave o una emergencia es preciso acudir a este servicio médico. El acompañante cumple un papel vital.
Asesor Reynaldo Aguayo Sarria, médico general, adscrito a Coomeva Medicina Prepagada
Ante un accidente o un trastorno médico súbito de alguien que esté cerca, es importante determinar si es necesario llamar a una ambulancia o trasladar al afectado a un centro asistencial de una manera particular. Para esto hay que tener en cuenta los signos o síntomas que presenta el paciente. También le puede interesar La salud de tu entorno también nos importa
El médico general, Reynaldo Aguayo Sarria, afirma que se debe solicitar cuando el individuo presenta heridas profundas y profusas, dolor agudo, pérdida del conocimiento, mareos, diarrea, vómito agudo y dificultad para movilizarse.
Asimismo, en caso de inconsciencia (pérdida de conocimiento y de no despertar), que puede deberse a un coma diabético, accidente cerebrovascular, sobredosis o trauma fuerte en la cabeza, pues el cuadro clínico puede complicarse rápidamente. También le puede interesar Recuperarse en casa
De igual manera, cuando alguien sufre un accidente con múltiples traumatismos como quemaduras graves, fracturas abiertas o heridas profundas porque se pueden empeorar las lesiones al tratar de moverlo. El individuo, en este caso, no se debe levantar, debe quedarse inmóvil en el mismo sitio hasta que arribe la ayuda especializada, pues el personal paramédico tiene los conocimientos e implementos para desplazarlo correctamente.
Si presenta problemas cardiacos o respiratorios, el viaje en ambulancia es apropiado porque el vehículo está acondicionado con oxígeno y personal capacitado para brindar resucitación cardiopulmonar.
Otras señales que indican que se requerirá de este servicio son: dolor de pecho con náuseas y, si la persona padece diabetes o tiene antecedes de enfermedad cardiovascular. También dificultades para hablar, mover uno o ambos brazos, parálisis de una parte del rostro, intoxicaciones o sobredosis.
No se hace necesario la ambulancia, por su parte, cuando una mujer está en etapas tempranas de trabajo de parto, en caso de un dolor de muelas, espalda u oído, esguinces, cefaleas o dolor de cabeza, cortadas no profundas, erupción cutánea o enfermedades venéreas.
El acompañante es clave
Mientras llega la ambulancia, explica Reynaldo Aguayo, la persona que acompaña al paciente debe tranquilizarlo, acostarlo, garantizar que tenga un buen espacio de aire a su alrededor y aflojarle la ropa.
Además, debe estar atento a su evolución, hacerle seguimiento a los signos vitales (si los sabe tomar) y hacer una lista o empacar en una bolsa los medicamentos que el paciente toma para que el equipo médico lo tenga en cuenta al momento de actuar.
Si hay otra persona en el lugar, es útil que se encargue de despejar el camino de muebles, objetos y encierre temporalmente las mascotas para que la entrada y salida del personal especializado sea más fácil y rápida. Otra de sus funciones está en esperar afuera la llegada de la ambulancia para indicar dónde está exactamente el paciente y así agilizar su traslado •
Para saber cuándo solicitar una ambulancia es preciso identificar si la vida o integridad del paciente no están en riesgo inminente, pero puede estarlo si no se actúa con rapidez.
Información útil
Cuando se llama a una ambulancia es importante suministrar los siguientes datos:
- Dé su nombre completo y proporcione asimismo el del paciente.
- Suministre la dirección lo más
detallada posible. - Explique el suceso y enumere los síntomas y signos que el paciente está presentando y desde cuándo.
- Especifique las características del lugar en que se encuentran por si se requieren equipos especiales para sacar al paciente del sitio, por ejemplo, si está en un segundo piso con escaleras de caracol.
- Proporcione su teléfono por si necesitan comunicarse con usted o darle instrucciones adicionales.