Los hongos son un problema dermatológico que, aunque no es doloroso, resulta molesto para quien los sufre. Los buenos hábitos de higiene son clave.
Las infecciones en las uñas causadas por hongos son muy comunes, especialmente en las de los pies. Esta característica se debe principalmente a la facilidad con la que se pueden contraer, por ejemplo, en ambientes cálidos y húmedos como piscinas o baños públicos, al usar el mismo par de zapatos durante un largo período de tiempo, o al tener las uñas mojadas la mayor parte del día por un trabajo o algún hobby.
Uno de los primeros síntomas es el cambio de color de la uña. Esta puede tornarse blanquecina, amarilla o café, aunque cada hongo se manifiesta de manera diferente. En algunos casos, se pueden volver más gruesas o delgadas de lo normal, separarse del dedo o desmoronarse. Antes de que el problema avance y se propague, se recomienda visitar un dermatólogo. Si no se trata rápidamente, utilizar zapatos cerrados puede resultar doloroso.
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La Academia Americana de Dermatología recomienda algunos hábitos de higiene para prevenir los hongos en las uñas. Es importante mantenerlas cortas y limpias; cerciorarse de que los zapatos son de la talla adecuada, usar talcos o aerosoles antihongos; cambiar de zapatos y medias todos los días; y usar sandalias en piscinas o baños públicos, incluso en la ducha.