No cualquier tipo de lente o montura le asegura una correcta protección ocular ante los rayos solares. Le damos detalles al respecto.
La vista es uno de los sentidos más delicados ante factores externos, entre los cuales el sol resulta ser uno de los más dañinos. De acuerdo con el Consejo General de Colegios Ópticos-Optometristas (CGCOO), la exposición a condiciones soleadas puede aumentar en un 25 % el riesgo de sufrir una lesión en los ojos.
Los rayos ultravioleta (UV) producidos por el sol pueden producir quemaduras en la retina o provocar una mayor evaporación de la lágrima, causando la sensación de ojo seco. Ante esto, desde el CGCOO recomiendan el uso de lágrimas artificiales para lubricar el ojo, evitar broncearse o tomar el sol en las horas centrales del día y utilizar unas gafas de sol de calidad que bloqueen efectivamente la radiación UV.
¿Por qué usarlas y cómo elegirlas?
Según un informe publicado por EFE Salud, al elegir unas gafas de sol se debe procurar “que estén homologadas para proteger de los rayos UVA, responsables del envejecimiento celular y de los rayos UVB, que tienen relación con el cáncer de piel y las quemaduras”.
Según la publicación, es un buen hábito utilizar con frecuencia gafas de sol al aire libre si se está trabajando, conduciendo, haciendo deporte, caminando o practicando cualquier actividad bajo el sol, ya que la radiación solar afecta los ojos y la piel a su alrededor incluso en días nublados.
Es importante detallar que los niños, las personas que tengan ojos claros, quienes hayan sido intervenidos de cataratas o personas que padezcan algún trastorno ocular como el glaucoma, son los grupos más vulnerables ante las lesiones oculares y se recomienda tener especial cuidado con ellos.
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