El tamizaje y la vacunación contra el VPH son las mejores formas de prevención de este cáncer.
Se trata del tercer tipo de cáncer más frecuente entre las mujeres de América Latina y el Caribe, pero también el más prevenible.
La vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), es la mejor estrategia de prevención frente al cáncer cervicouterino, puesto que la gran mayoría de los casos de esta enfermedad están asociados al virus. De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud, “desde hace más de una década, existen vacunas que protegen contra los tipos comunes de virus que causan cáncer”. La vacunación debe hacerse en las niñas entre los 9 y 14 años de edad.
Además de la vacunación, el tamizaje, a través de la prueba de la citología, y los tratamientos de las lesiones precancerosas ayudan a detectar a tiempo este cáncer y poder actuar de forma oportuna con resultados óptimos. Se trata de una prueba que debe hacerse incluso si la mujer está vacunada, pues existen mutaciones del virus que pueden llegar a no estar protegidos por la vacunación.
30% de los cánceres se pueden curar si se detectan de manera precoz y se tratan apropiadamente.