El estrés en las mujeres puede provocar cambios hormonales y alterar el ciclo menstrual, hasta causar la desaparición de la menstruación o amenorrea.
Los desajustes a nivel bioquímico que ocasiona el estrés pueden hacer que se retrase el periodo, que el ciclo sea más corto o que estos dejen de presentarse, trayendo consigo otras consecuencias para la salud como la descalcificación ósea e, incluso, la incapacidad de tener hijos.
Y es que el ciclo menstrual está determinado por la liberación de la hormona GnRH que, cuando se presentan crisis de estrés o un cuadro de estrés crónico, se ve alterada comenzando a liberarse de manera permanente. Es así como el ciclo empieza a cambiar desencadenando efectos como:
- Hinchazón y dolor agudo en la parte baja de abdomen.
- Cansancio y somnolencia excesiva durante el día.
- Ausencia de la menstruación.
- Empeoramiento del síndrome premenstrual.
Combatir el estrés poniendo en práctica hábitos saludables que ayuden a disminuir las tensiones del día es de gran ayuda para evitar las consecuencias mencionadas anteriormente. Practicar ejercicio regularmente, acudir a técnicas de meditación y relajación, y encontrar espacios y momentos para el ocio y los hobbies son algunas estrategias efectivas.